Moisés Aparici Pastor / Información de Alicante
Poesía en la vida
Con el rostro lleno de espiritualidad, preocupación, sosiego y deseo de
seguir brillando, me imagino la sonrisa bella y lastimosa de algún
enfermo a quien acaban de insuflar por sus venas poesía en la vida,
sangre que no suele ser de su sangre y que penetra en su interior en
medio de esa cascada melódica de silencio y esperanza, lo que en
principio le aporta ilusión y tranquilidad. Ya lo decía el CTCV en
agosto de 1986 durante su campaña por los pueblos «Para poder volver»,
pues no siempre damos a la donación de sangre su debido valor. ¿Acaso no
es pura poesía respirar con esperanza, cerrar los ojos de atardecer y
sentir como la sangre nueva aporta fuerza y vigor, sentir como hasta el
sol se revela al otoño aportando su calor, calor que la sangre insuflada
le ha trastocado en breve espacio de tiempo sus ojos apagados en ojos
de nostalgia? No, no hay vínculos efímeros entre el donante y el
enfermo, tampoco complacencia interior, pues el uno dona y ayuda a otros
semejantes, mientras el otro tras oxigenar los pensamientos de su vida,
percibe la ilusión y la esperanza de quien sabe que sigue teniendo
fuerzas para luchar un día más. Poesía en forma de líquido elemento, de
tejido humano, de glóbulos, de flores melancólicas que turban su
corazón. Y es que un poco de tu sangre donada es eso, poesía en la vida
de los enfermos. No lo olvides, dona sangre.