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miércoles, 7 de septiembre de 2011

La ciega voluntaria


Fémina con gafas verdes,
cual una bella mujer
ojos de doble ceguera: la de amor

La ceguera no sé lo que es, tampoco
sé qué es amor ni qué es poesía,
pero sí sé que el amor es ciego,
de no ser así este mundo no tendría sentido.

Cuenta un cuento árabe que una hombre
casado cogió la lepra, deformándole el rostro.

La mujr, diestra en el arte de seducción
le confesó que él se había quedado ciega
no le podía ver las gallas de la cara.
Y durante 20 años la mujer se hizo pasar
por ciega para que su esposa no supiera
que la veía.

Es evidente que ante esta ceguera voluntaria
estaba demostrándole su doble amor:
su respeto
y la compasión de amor.

Por ello el amor puede ser poesía,
poesía de la vida, porque poesía eres tú.

Ramón Palmeral