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domingo, 2 de mayo de 2010

Y sigue ahí, entre los grumos de la edad,

Y sigue ahí, entre los grumos de la edad,
en la autenticidad de su raíz,
en el tañir interno de su sinceridad
emitiendo paz de la memoria sobre sí.

Y sigue ahí, sobreviviente innato,
deshilando pasos de bailes y sonrisas,
congelando ansias con paso más calmado
y los besos desordenados de su viva vida.
Y sigue ahí, en el eje mismo del alma,
con la fuerte rama del respeto impecable,
en el imborrable trayecto de su ayer y su mañana,
magia en llamas del calor perdurable.

Y sigue ahí, en el mismo lugar de su concepción,
en raciones de pasión apaciguadas,
en madrugadas estrechas en un solo corazón,
ese amor, ese que para siempre los resguarda.



Esencia