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viernes, 30 de abril de 2021

El legado de Blasco Ibáñez, en pedazos

 

El legado de Blasco Ibáñez, en pedazos

La disputa judicial remata 20 años de desencuentros a cuenta de los fondos del escritor, que se reparten entre Valencia, Madrid y Menton | La herencia del autor se conserva en el chalet de la Malvarrosa, la Biblioteca Nacional, San Miguel de los Reyes, el Museo Nacional de Cerámica, la fundación, la familia y coleccionistas privados

Casa-museo Blaco Ibáñez/Irene Marsilla
Casa-museo Blaco Ibáñez / Irene Marsilla
Carmen Velasco
CARMEN VELASCO Valencia
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La historia se escribe con éxitos y fracasos. La gestión del legado de Blasco Ibáñez, también. La influencia política, la producción literaria, la trayectoria social del novelista y la reputación internacional del novelista son incuestionables. Todas las dudas, sin embargo, se focalizan cómo se han salvaguardado y administrado los fondos del autor de 'Entre naranjos', tanto el material documental y bibliográfico como los objetos personales.

La herencia de Blasco Ibáñez está despedazada en su doble acepción de la RAE: dividida y maltratada. La fragmentación puede ir a más dado el enfrentamiento entre la Fundación de Blasco Ibáñez y el Ayuntamiento a cuesta de la titularidad de la donación que realizó Gloria Llorca, nieta del fundador del periódico 'El Pueblo', al Consistorio en 1997.

El conflicto alcanza su máximo nivel de enfrentamiento tras dos décadas en las que la miopía cultural de los gobernantes se ha aderezado con el desprecio político hacia una figura tan incómoda como universal. Después de años de desencuentros, la fundación blasquista quiere retirar una parte de los fondos, cuya propiedad le corresponde, del chalet de la Malvarrosa. El Ayuntamiento tiene 90 días para devolvérselo. Se trata de 300 cartas personales, mil fotografías, 17 cuadernos con notas manuscritas, contratos y documentos conservados por su hija, Libertad Blasco-Ibáñez, y 900 libros del escritor o sobre él procedentes de la colección particular de Ricardo Bolinches.

Una iniciativa popular reclama firmas para frenar la marcha del legado de Valencia

Esta colección se cedió en virtud del convenio entre la entidad blasquista y el Ayuntamiento que caducó en 2018 y no se ha renovado. La Fundación prevé trasladar estos fondos a Madrid tras el contencioso con el gobierno municipal a cuenta de si el legado cedido en 1997 por Gloria Llorca es propiedad del Consistorio o de la entidad blasquista. Para la Administración local fue una donación y para los herederos, un depósito. La justicia, si las instituciones públicas no lo remedian antes, tiene la última palabra. Si los tribunales resuelven se evidenciará, otra vez, la falta de voluntad política por el fundador de la Universidad Popular.

La retirada de la colección de 1997 supondría el desmantelamiento del chalet de la Malvarrosa y fragmentaría aún más el legado de Blasco Ibáñez. No hay destino fijado para estos fondos en caso de que retornen a la fundación. Los descendientes, no obstante, desean que la herencia de su antepasado permanezca en Valencia y consideran evitable la vía judicial.

¿De qué fondos estamos hablando? De fotografías del escritor con Rex Ingram (guionista de 'Los cuatro jinetes del apocalipsis' y director de 'El prisionero de Zenda') y con los intérpretes Pearl White o William Farnum, que reflejan el reconocimiento internacional del autor de 'La barraca'; cartas a su mujer enviadas durante su exilio en París tras promover una manifestación contra Cánovas del Castillo; objetos personales, como su medalla de diputado, un juego de tocador de plata (regalo de boda de Joaquín Sorolla a la hija de Blasco Ibáñez), la partida de nacimiento, el título de bachiller, el carnet de prensa, postales de sus viajes y hasta telegramas en los que informa de su enfermedad antes de fallecer. Son piezas de alto valor que, desde 1997, están al alcance de los valencianos en el chalet de la Malvarrosa.

San Miguel de los Reyes. La Biblioteca Valenciana custodia la donación del exconseller Manuel Tarancón alrededor de la figura de Blasco Ibáñez.
San Miguel de los Reyes. La Biblioteca Valenciana custodia la donación del exconseller Manuel Tarancón alrededor de la figura de Blasco Ibáñez.

El legado del autor de 'Arroz y Tartana' está esparcido. Su fragmentación surgió en origen: se dividió entre los tres hijos del político republicano (el cuarto, Julio César, murió antes que su progenitor). El secretario de la Fundación Blasco Ibáñez, Ángel López, apunta que la parte que mejor ha podido conservarse es la que perteneció a Mario y Libertad Blasco Ibáñez (madre de Gloria Llorca). En manos de coleccionistas acabaron, según la entidad blasquista, los bienes que correspondieron a Sigfrido. Sobre ellos no hay pistas de su ubicación dado que los propietarios privados «son muy discretos», detalla López.

Un destacado y conocido coleccionista blasquista fue el exconseller Manuel Tarancón, quien legó su fondo a la Biblioteca Valenciana en 2003. En San Miguel de los Reyes encuentran cartas, manuscritos y rarezas bibliográficas recopiladas durante tres décadas. La cesión incluyó ejemplares originales de '¡Viva la República!' (1893) o 'La araña negra', las Obras Escogidas en ruso o cartas que escribió en la cárcel a José Benlliure.

Fundación Blasco Ibáñez. Custodia fotografías, cartas y manuscritos poco conocidos y menos estudiados. Su sede está en Burjassot.
Fundación Blasco Ibáñez. Custodia fotografías, cartas y manuscritos poco conocidos y menos estudiados. Su sede está en Burjassot.

Como presidente de la Diputación declaró 1998 como Año Blasco y más tarde, como conseller, compró material que pasó a engrosar los fondos de San Miguel de los Reyes. La Biblioteca Nacional y el fondo del Museo Nacional de Cerámica, señala el secretario de la entidad blasquista, también custodia un importante legado.

El archivo del centro González Martí, cuyo origen es la biblioteca personal del ceramista valenciano, cuenta con la donación de los fondos bibliográficos de Mario Blasco Ibáñez, hijo del escritor de 'Flor de mayo'. En el Palacio de Dos Aguas se puede encontrar ejemplares para la editorial Prometeo.

A la villa francesa Fontana Rosa, se exilió el político republicano a partir de 1923. Blasco Ibáñez logró reunir auténticas joyas bibliográficas en su casa francesa. No sólo había ejemplares valiosísimos de sus lecturas, sino también volúmenes propios. La biblioteca pública de Menton asumió algunos fondos, otros desaparecieron sin más y, a veces, aparecen en las subastas internacionales.

La posible salida del legado de Blasco Ibáñez de Valencia ha motivado una petición en change.org, impulsado por el profesor de derecho de la Universitat de València, César Marí Soucase. La recogida de firmas 'online' pretende frenar la marcha de los valiosos fondos de la capital del Turia. «Este legado pertenece a los valencianos. Nadie entendería que se condenara de nuevo a Blasco Ibáñez al exilio», sostiene el profesor.

La huella cultural del político republicano beneficia a Valencia, a los vecinos que valoran la figura del escritor, a los historiadores e investigadores interesados en el archivo del periodista y a los turistas con motivaciones culturales. El desmantelamiento de la casa-museo sería un fracaso, una derrota con la que escribir un capítulo deshonroso para la historia de la capital del Turia.

Dos décadas de desacuerdos

1997
cesión de los fondos al ayuntamiento. La nieta del autor lega los fondos al Ayuntamiento. Se exhiben en la casa-museo de la Malvarrosa
1999
escrito de revocación. Gloria Llorca presenta un escrito para revocar la donación al «no cumplirse» las condiciones del acuerdo. Sin embargo, no completó todo el proceso y la devolución nunca llegó a ejecutarse.
2001
nace la fundación. La Fundación Blasco Ibáñez surge en 2011 y comunica al Ayuntamiento que es la propietaria de todos los fondos de Gloria Llorca, incluidos los del chalet de la Malvarrosa. El Consistorio lo niega y dice que «no se cedieron en calidad de depósito, sino en virtud de donación».
2005
reclama la titularidad. La fundación reclama de nuevo la titularidad de los fondos de Gloria Llorca, pero renueva el convenio.
2012
nuevo convenio. La entidad blasquista pide otro convenio e insiste en la propiedad de los fondos. Llegan a un pacto.
2019
conflicto judicial. Expirado el convenio de 2017, la fundación quiere retirar el legado. Anuncia la vía judicial para exigir la titularidad de los fondos cedidos en 1997.

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