Alfredo
Gómez Gil: Nervio, con prólogo de Vicente Ramos
De Alfredo Gómez Gil recibí, poco antes del verano su libro
titulado Nervio que ha sido editado por la editorial de Pablo
Méndez, Ediciones Vitruvio.
Madrid 2013. Nacido en Alicante en 1936, Alfredo
Gómez Gil es poeta, profesor,
periodista y ensayista.
Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad Complutense,
se doctoró en esta Universidad en 1979 con la tesis Variedad, evolución y desarrollo de
temas y su lenguaje en el verso y prosa de Concha Lagos, tesis que fue publicada dos años después
por dicha Universidad con el título Concha
Lagos bajo el dominio de la literatura comparada.
La obra del poeta Gómez Gil no se limita a su propia producción. Es igualmente autor
de un ensayo clásico como Cerebros
españoles en U.S.A y biógrafo
de Marcelino Camacho. Su tesis fue la
primera, en España, en abordar la literatura comparada.
Gómez Gil ha sido traducido al japonés,
al alemán, al chino o al ruso y a su vez
él ha aportado una versión en español de los sonetos del William Shakespeare
y ha sido, también, traductor a nuestro
idioma de autores chinos clásicos de las dinastías Tang y Song, o modernos como Ai Qing
(uno de los más grandes poetas
contemporáneos)
Al margen de su extensa obra como traductor cabe destacar, de entre los más de quince
libros de poesía de su autoría, los poemarios Por la distancia (Colección
Agora, Madrid, Alfaguara, 1968.) Veinticuatro poemas de nieve.(
Colección Cuadernos del Sur, Málaga, Ángel Caffarena, 1971. Introducción a la esperanza. (Colección El Toro de
Granito, Ávila, Instituto Gran Duque de Alba, 1971.) Entre fetiches y amuletos(Colección
Cuadernos del Sur, Málaga, Ángel Caffarena, 1974. El encantador de serpientes.
(Colección Adonais, Madrid, Rialp, 1974.) La
frente en el suelo. (Con prólogo de Vicente Ramos, ilustrado
por Manuel
Baeza, Pérez Gil, Xavier Soler. Alicante, Caja de
Ahorros Provincial, 1976.) Tú, exiliado peregrino (Alicante, Editorial
Aguaclara, 1992), y Nanas para dormirlos y
despertarlos. Edición. bilingüe japonés - español, traducido al japonés
por Etsuko Asami, Tokio, Editorial Civasaqui, 1988; 2ª Edición ilustrada por Eberhard Schlotter Madrid, EDAF, 1999; 3ª ed. Madrid,
EDAF, 2000.
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Un feliz
encuentro con Alfredo Gómez Gil, con Nervio
de fondo
Por Ramón Fernández
Palmeral
El lunes 15 de abril de 2019, en plena Semana Santa
me llamó por teléfono el recién conocido amigo Alfredo Gómez Gil (Seminario de
Vicente Ramos en la Sede Universitaria de Alicante), para quedar en la
cafetería Gourmet de El Corte Inglés la
de la planta baja, en la zona de las vidrieras que parece que estábamos en un
escaparate.
En una larga conversación que duró una hora y media,
Alfredo y yo hablamos de todo como si fuéramos viejos amigos de toda la vida,
aunque teníamos como vínculos de amistad el haber conocido a Vicente Ramos y a
Gaspar Peral Baeza. Como presente nos intercambiamos libros, Alfredo me regaló
dedicado su obra poética Nervio, de
2013, publicada en la prestigiosa Ediciones
Vitruvio, y yo le di mi libro Exégesis de
la Elegías de Duino de Rilke, publicado en Amazon. Venía Alfredo, juvenil,
vestido deportivamente con un aspecto diferente a cuando nos conocimos con
traje y corbata. Cuando llegó la camarera, de aspecto rubio ucraniana, le pedí
un descafeinado con leche de sobre y Alfredo un Gin-Tonic, que vino en una copa
grande con varios iceberg flotando, en una ginebra perfumada, que hasta amó me
llegó el olor del enebro destilado.
Al día siguiente Alfredo me mandó un m emilio que decía
entre otros temas: “…adecuadísimas y extraordinarias tus doce ilustraciones”. Lo cual me congratuló bastantes. Puesto que la
ilustración es mi fuerte. Además Alfredo tenía referencias mías por mi otra
obra de la edición no venal de Hermenéutica
de la Elegías de Guadalest de Vicente Ramos, y Rilke, que lleva las 18 elegías ilustradas. Una elegías, las de Ramos,
salidas después un unos momentos dolorosos.
Yo tenía el poemario Nervio, con su vestimenta de luto de los pies a la cabeza como es
propios de las ediciones de Pablo Méndez, director de Vitrubio. Y como es
frecuente el montó de libros que me regalan o compro, amontonados, como una
pirámide asimétrica, como un jardín japonés. Hasta que ayer lo abrí, al fin, en
la cama que es mi sendero de lectura, era temprano, los primerizos rayos de sol
se abrieron paso a través de las rendijas
de la persiana de polietileno (domado en caprichosa arquitectura servil).
Nervio,
es un gran libro, puro nervio de sátiras, desahogos y experiencias de la vida, de
quien está a vuelta de todo, después de haberle dado la vuelta al mundo en
barco, en aviones y en globo como Phileas Fogg. Nervio tiene 206 páginas divido trece capítulos, un número 13 sin
adición a la superstición de su mala suerte popular y populista, iniciado con
un magnífico y extenso prólogo (pág. 7-13) de Vicente Ramos (1919-2011) que
fuera profesor, amigo personal y compadre de Alfredo Gómez, nacido en Alicante
en 1936, cuando este era alumno de los Maristas de Alicante; donde tras una
presentación acorde con su erudición literaria, no escatima en datos biográficos
y académicos del catedrático de Literatura y profesor en varias universidades
americanas como Yale, Hartford, en la madrileña Francisco Vitoria, y doctor
honoris causa por la Universidad de Richmond de Londres. Y para remate de su
cosmopolitismo se ha casado con una japonesa doctora en Derecho Internacional.
En el primer capítulo «Didáctica» que agrupan como
gaviota en la playa, 17 poemas, leo «Safo encanallada», donde he de pararme en
la palabra «súcubo» e ir la diccionario para buscar la acepción de esta palabra
que significa “Que
bajo la apariencia de mujer mantiene relaciones sexuales con un hombre» lo que
podía ser un travesti o travestido, porque es este mundo nuestro y sexual
abundan tendencias de todo tipo. Hemos de saber primero que Safo fue una poetisa
griega de Mitilene, en Lesbos, que es de donde tiene su origen la palabra «lesbianas».
En los versos: «No me traigan al súcubo/ ladino jugador, perverso maricón de
playa,/ de suspiro al transverso del morro sexual/ de catinga habitación perspiratoria/
de estremecedor almizclado tufo…» (vv.1-5). Este segundo poema es un anticipo
del librepensador, de la voz poética erudita de un poeta del que hay que tirar
de diccionario, porque el poesía no se compone para entenderla sino para
sentirla. El resto de los poemas se los dejo al juicio del lector interesado en
este fino y avizor poeta.
Recuerdo de Alfredo que es un hombre inteligente,
que sabe de todo y que a todos conoce, me dijo que en Murcia había estudiado
dos años de medicina, pero cuando entró a una sala de disección de cadáveres,
intuyó que no le gustaba la carrera de galeno, y se decidió por la carrera de
Cervantes, Azorín o Gabriel Miró, mucho más limpia y a la vez más abierta al
viaje y a la fantasía.
Gracias Alfredo Gómez por tu amistad, tertulia y este poemario que leeré con fruición y sumo
interés.
Alicante, 18 de abril de 2019