Y cuando la tarde machadiana y machacada
se fue corriendo por las páginas de un libro,
el viento domó al huracán y se sentó sobre un pdf
que contenía una antología de Juan Gil-Albert.
Fue cuando la niña arrancó a llover en lágrimas
con un amor incontrolado de mujer
casi romance de militares orgullosos
de sus uniformes, casacas y emblemas
y en un atasco de tanques del tiempo
en desiertos lluviosos de la memoria
se apeó y vagabundeó un pobre poeta
tan ufano como creído de ser el mejor
sonetista, sin rima de todas las horas,
y de los cuartos de hora esperando a una mujer.
Ramón Palmeral
domingo,10 de marzo de 2019
se fue corriendo por las páginas de un libro,
el viento domó al huracán y se sentó sobre un pdf
que contenía una antología de Juan Gil-Albert.
Fue cuando la niña arrancó a llover en lágrimas
con un amor incontrolado de mujer
casi romance de militares orgullosos
de sus uniformes, casacas y emblemas
y en un atasco de tanques del tiempo
en desiertos lluviosos de la memoria
se apeó y vagabundeó un pobre poeta
tan ufano como creído de ser el mejor
sonetista, sin rima de todas las horas,
y de los cuartos de hora esperando a una mujer.
Ramón Palmeral
domingo,10 de marzo de 2019