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lunes, 13 de marzo de 2017

"La amistad epistolar", por Ramón PalmeraL








                                  (Solo al atardecer)

 


Soy consecuente
 de que las amistades epistolares no se pueden forzar, sino que han de surgir espontáneamente por simpatía, como los cardos silvestres o borriqueros en los márgenes de los caminos.

Lo cierto es que alguien –acaso el viento- debió de llevar la ansiada semilla al terreno contrario como una invitación o un requiebro.

Yo ha plantado varias semillas y he intentado plantar  amistades epistolares y poéticas en sus caminos. Salieron foscas o vanas pues no han respondido a ni han puesto una miserable nota en sus blog respectivo.

Pero como a buen entendedor, pocas palabras bastan, que os vaya bien en el camino de la luz sobre la cumbre. Porque no tenemos tiempo, el tiempo se nos acabó, se nos fue. Sin embargo, en esta vida social moderna y actual interesada, todo depende de quien te escriba.

Uno se decepciona al pensar que tienes a un amigo al otro lado de las cartas manuscritas.

Ramón Palmeral
13-03-2017