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lunes, 12 de septiembre de 2022

RECORDANDO A JOSÉ ANTONIO CHARQUES SALA

 


    RECORDANDO A JOSÉ ANTONIO CHARQUES SALA

    Responso por el eterno descanso de José Antonio Charque

    Después de la misa por el eterno descanso de José Antonio Charque en la iglesia de Capuchinos San Pascual de Alicante el 8 de junio 2022, María del Consuelo Giner Tormo, presidenta de Espejo de Alicante, leyó un emotivo poema de José Antonio Charques dedicado a Gracia, mujer de Charques. Después le dio la palabra a Ramón Palmeral, amigo del finado, que dijo:

      Buenas tardes, familia de José Antonio…, amigos y amigas y fieles de esta parroquia de Capuchinos. Siempre es triste  hablar de un amigo en un momento como este, pero quiero recordarlo en su faceta  poética. Cuando un amigo se va, como dice la sevillana de los Amigos de Ginés, algo se muere en el alma, y nos deja una  huella y un pozo que no se puede llenar.

       José Antonio fue miembro de muchos grupos poéticos: Grupo Poético Miguel Hernández dirigido por Rosario Salinas, Espejo de Alicante, de Numen, Esencias, de Acua, de San Vicente…y otros grupos, si se me olvida algún nombre que me perdonen. Fuimos grandes amigos. Nos conocíamos desde 2002, cuando publicó junto con Rosario Salinas y otros poetas el libro Velázquez 18. Libro que yo había comprado en El Corte Inglés. A partir de aquí congeniamos y nació nuestra amistad, y luego las revistas: Palmeral 2003 y Perito 2005 a 2008. Fueron años que la presentábamos en Ámbito Cultural del El Corte Inglés, en todas ellas publicó Charques,  fue el renacimiento de la poesía en Alicante ciudad. Recibió el primer premio de poesía "San Juan de Dios" de 2015.

       Con el Grupo  Poético Miguel Hernández, fundado por Rosario Salinas, y luego coordinado por Charques. Recitábamos en el Rincón del Poeta de Orihuela  de la casa museo de Miguel Hernández, muchas veces donde visitábamos a  Aitor Larrabide. Participamos en la Senda del Poeta diurna y nocturna de Miguel Hernández  que dirigía Francisco Esteve que partía de Orihuela hasta el cementerio de Alicante.  Cada año coincidíamos. Recitábamos  y en el Campello, en San Vicente, en San Juan, en Muchamiel en el chalet de una pareja de ingleses,  (lo llevaba su mujer Gracia en el coche), fuimos con Rosario durante varios años. No puedo recuerdo tantos y tantos otras tertulias y auditorios. De nombrarlos todos, estaríamos aquí hasta mañana.

Tras el fallecimiento de Rosario Salinas nos inscribimos en el grupo Numen de Diego Zambrano, luego en Espejo de Alicante de Consuelo Giner. Participó en todos los libros de Hablan los poetas y en los certámenes.

Yo lo recuerdo más como poeta  con facilidad de composición, que como enfermero que era su profesión, una profesión vocacional, me contó que tuvo  como profesor a  también poeta Vicente Mojica. La profesión de ayudar a la gente ha pasado a su hijo Alejandro, que es quiropráctico y que yo he estado varias veces en su consulta, y la poesía pasa a su hija Estefanía a la que también le gusta la poesía.

Los que somos cristianos, sabemos, que la muerte no es el final, es un parte de la existencia: nacemos, vivimos, morimos, y luego el alma pasar a lo eterno. Me lo imagino en el Parnaso de los poetas hablando con Virgilio, Horacio Miguel Hernández, Lorca, Machado, Luis Quesada y tanto poeta que en el mundo han sido.

Las veces que yo le llamé por teléfono estando ya enfermo, me consolaba él a mí y me decía que no estuviera triste…Una de las veces, allá por Navidad me leyó por teléfono un poema muy emotivo, que le dedicó al personal sanitario que lo atendía en el Hospital.

Los poetas no mueren nunca. José Antonio  vive en cada uno de sus versos, de sus estrofas, de sus poemas, y, en nuestro recuerdo, porque va a ser imposible olvidemos de José Antonio, porque era una gran persona, gentil, cariñoso, humilde y generoso, y amigo de sus amigos. Espejos de Alicante tiene en proyecto, después del verano,  organizarle un homenaje y publicar un libro con sus poemas, ya se informará.

 9.-“Muere un poeta y la creación se siente
herida y moribunda en las entrañas.
Un cósmico temblor de escalofríos
mueve temiblemente las montañas,
un resplandor de muerte la matriz de los ríos”.

(Miguel  Hernández, Elegía Primera a Federico Garcia Lorca, 1937)

Y para terminar, os voy a leer un poema de José Antonio  dedicado a nuestro Miguel Hernández, escrito en 2002.


Libro pometido y publicado en una edición no venal de 60 ejemplares, como homenaje a Charques, con la participación de 28 colaboraciones y una antología. Se celebrará el 4 de noviembre a las 20 horas en la Sede de la universidad de Alicante.