Flores de adelfa venenosas
emoción que queda detrás del
primer encuentro amoroso.
Algunos sueños huyen en la búsqueda
de lo perdido, pienso que
de esta vida es insustancial,
como los ojos de una ardilla en un ficus.
sentirme etéreo con alas de murciélago al atardecer,
en busca de conejos evasivos blancos, tranquilos,
huidizo como una flor de la tarde.
Tu bocas es como esa flor que besa
con engaño de su blancura
oculta el veneno de tu sonrisa
de mujer callejera en la esquina
de la reja.
Eres traidora como una coneja
en celo, como una musa celosa
una diosa de la que no te puedes fiar
una araña blanca seductora
y soblemente traidora.
Ramón Palmeral