POETA EN TIEMPO DE MISERIA
Hablaba de prisa.
Hablaba sin oír ni ver ni hablar.
Hablaba como el que huye,
emboscado de pronto entre falsos follajes
de simpatía e irrealidad.
Hablaba sin puntuación y sin silencios,
intercalando en cada pausa gestos de ensayada alegría
para evitar acaso la furtiva pregunta,
la solidaridad con su pasado, su desnuda verdad.
Hablaba como queriendo borrar su vida ante un testigo
[incómoda
para lo cual se rodeaba de secundarios seres
que de sus desperdicios alimentaban
una grosera vanidad.
Compraba así el silencio a duro precio,
la posición estable a duro precio,
el derecho a la vida a duro precio,
a duro precio el pan.
Metal noble tal vez que el martillo batiera
para causa más pura.
Poeta en tiempo de miseria, en tiempo de mentira
y de infidelidad.
(La memoria y los signos (1960-1965). José Ángel Valente)