Reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida
Porque soy como el árbol talado que retoño
Aún tengo la vida.
UNA PODA SIN PIEDAD
Nadie diría que estos troncos
como una escultura cubista
fue un ficus en una esquina de la plaza de La Viña.
Ha sufrido un trauma
por parte del podador de jardines alicantino
¿Se habrán pasado?
El tiempo lo dirá
Sin duda le habrá dolido como un accidente
la amputación de todas su ramas (todas)
Me duele como me hubieran cortado a mí
los dos brazos y las dos piernas.
Es un árbol vecino mío.
Ahora es un mutilado
Es un crimen lo que ha hecho con él.
Cada mañana al asomarme al balcón
veía su frondoso follaje desde el 6º piso.
Vinieron operarios con gruas
y sierras mecánicas
y son sus hacha eláctricas lo podaron sin piedad,
con ensañamiento,
¿Esto es rejuvenecer o matar?
Pasó el invierno contra vientos
sin coger el COVID. Estaba sano.
¿Esperemos que retoñe porque aún tiene la vida!
como escribiera Miguel Hernandez.
Se lo llevaron en el ataúd
de un camión como basura de madera
divina. El ficus de la plaza de la viña
Ha difi un crimen ecológico
No ha tenido la suerte que tuvo
el olmo viejo de Machado en Soria
el álamo de Miraflores de la Sierra
de Vicente Aleixadre del que hicieron un molde
de bronce como recuerdo de generaciones.
¡El ficus de la plaza de la Viña no retoñó!
Ramón Palmeral
18 de febrero de 2022