Se dice o se decía que, cuando un autor muere, atraviesa un período de ausencia, hasta que, tras algunos años, vuelve a ocupar el puesto que realmente le corresponde en la literatura mundial.
Thomas Bernhard, el lobo feroz de la literatura austriaca
Tres obras se han reeditado en el 30º aniversario de la muerte del escritor austriaco, incluida su obra maestra, 'Extinción'. Su traductor y académico de la Lengua repasa su vigencia en su país y las letras hispanas días después de la entrega del Nobel a otro austriaco polémico, Peter Handke
Thomas Bernhard murió el 12 de febrero de 1989, aunque, siguiendo su deseo, su muerte no se supiera hasta cuatro días después. Si van a Viena, no dejen de visitar el cementerio de Grinzing, en donde está enterrado ese enorme escritor de la literatura alemana de la segunda mitad del siglo XX (el de la primera es Franz Kafka).
Se dice o se decía que, cuando un autor muere, atraviesa un período de ausencia, hasta que, tras algunos años, vuelve a ocupar el puesto que realmente le corresponde en la literatura mundial. No ha sido así en el caso de Bernhard. Aunque no podría dar datos fehacientes, lo cierto es que Bernhard goza hoy en Austria, su país de origen, del prestigio de ser considerado como El Escritor austríaco por excelencia. Lejos están los tiempos en que era juzgado impresentable.
Siempre he tenido la duda de si los austríacos leían realmente a Bernhard. Pero lo que es indudable es que siguen yendo a ver sus obras teatrales. Por prohibición expresa de Bernhard en su testamento, hubo un tiempo en que los vieneses tenían que ir a Bratislava (Eslovaquia) para ver Isabel II, lo mismo que los españoles iban a Perpiñán para ver El último tango.
Desde su estreno en 1986, Ritter, Dene, Voss sigue representándose periódicamente en Viena a teatro lleno, por los mismos actores que dieron nombre a la obra: Ilse Ritter, Kirsten Dene y Gert Voss. Increíble. Y el teatro de Bernhard, en general, sigue reinando en Viena. El público parece haber descubierto que Thomas Bernhard era (también) un humorista, y recuerdo siempre un relato suyo titulado Autor caprichoso (incluido en El imitador de voces) en el que Bernhard cuenta cómo ese autor se apostó en el gallinero del teatro en que se representaba su primera y única obra teatral, armado de un fusil ametrallador y fue disparando a todo espectador que se reía a destiempo.
¿Qué ocurre en otros países, por ejemplo España? Hace ya años que Félix de Azúa habló de la fiebre Bernhard. Algún crítico acuñó el término de hijos españoles de Thomas Bernhard, y es indudable que fueron muchos los escritores que leyeron y asimilaron, mejor o peor, a Bernhard. La lista sería larga: Félix de Azúa, Juan Benet, Javier Marías, Vicente Molina Foix, José María Guelbenzu, Fernando Savater, Alejandro Gándara...
¿Qué pasa hoy? Me consta que hay jóvenes (de los jóvenes que leen) a los que les gusta mucho Bernhard, pero, sinceramente, no podría citar autores españoles declaradamente bernhardianos.
Otra cosa es Hispanoamérica. La influencia de Bernhard, creo, solo es comparable a la de Faulkner. Y no lo digo yo, lo dicen muchos que han dedicado tiempo a analizarlo. Sobre todo Marcelo Cohen y Martín Schifino. En la literatura hispanoamericana, Bernhard, por alguna razón, fue o es importante, y la lista de sus seguidores es impresionante: Juan José Saer, Roberto Bolaño, Juan Villoro, Sergio Pitol, Ricardo Piglia, Fogwill, Alan Pauls, Patricio Pron, Sergio Chejfec... Algunos se han comprometido mucho: Horacio Castellanos Moya escribió en 1997 El asco. Thomas Bernhard en el Salvador, y casi le cuesta la vida; el boliviano Edmundo Paz Soldán ha escrito Thomas Bernhard en el cementerio; la mexicana Alejandra Gómez Macchia un Bernhard se muere...
¿Y qué ocurre con el teatro? Solo puedo decir que, actualmente, la editorial argentina El Cuenco de Plata tiene el proyecto de publicar todo el teatro de Bernhard en castellano.
Por lo que se refiere a España, recuerdo algunas obras además del Ritter, Dene, Voss del gran Kristian Lupa. Roberto Villanueva, espléndido director argentino, estrenó en Madrid, en 1987, La fuerza de la costumbre, que la crítica consideró en gran parte como simple «teatro del absurdo», ya conocido.
Luego se ha representado mucho Bernhard. Rosario Ruiz (con Ana Caleya como Reina de la Noche), hizo un El ignorante y el demente memorable. Y, personalmente, guardo un recuerdo muy especial de Una fiesta para Boris, interpretada en Barcelona por un elenco de una docena de auténticos tullidos. La dirigió Matthias Janser y el papel de Boris correspondió a James O'Shea, un espectacular bailarín sin piernas. Otra representación que me parece extraordinaria fue la de Juan Navarro y Gonzalo Cunill, en 2013, de una adaptación del monólogo de Tala. Y de Cataluña ha quedado en mi recuerdo, sobre todo, la representación de El President de Carme Portaceli, con una Presidenta (Rosa Renom) imbatible.
La editorial Alfaguara reedita ahora, quizá como conmemoración del trigésimo centenario de la muerte de Bernhard, dos novelas muy bien elegidas. Hormigón y Extinción. También la editorial Funambulista ha publicado este año El Kulterer, una de los pocos relatos importantes de Bernhard que quedaba por traducir.
Hormigón es un baño de inmersión para quien quiera saber en un centenar de páginas quién fue Thomas Bernhard. El protagonista, escritor aislado y neurótico que trata de escribir una biografía de Mendelssohn-Bartholdy, es un fiel trasunto del propio Bernhard. En definitiva, como él, acaba por refugiarse en su amada Mallorca, la isla «más bella de Europa». Y lo que ocurre allí, entre nombres y lugares apenas traspuestos, es algo horrible y rigurosamente verídico.
Extinción, se ha dicho muchas veces, es la obra maestra de Bernhard, la última: un libro que recopila todas sus formas de escribir y de ser, y en el que Bernhard se explaya a gusto a lo largo de más de 400 páginas. No es totalmente exacto, porque, para empezar, no es la última novela de Bernhard (lo es Maestros antiguos) y, por otra parte, el buen conocedor de Bernhard encontrará a veces pasajes que le resultarán conocidos, con un final, eso sí, absolutamente sorprendente.
En cuanto a El Kulterer, es un muy interesante relato carcelario, en el que Bernhard sigue le fórmula (relato-guion cinematográfico) que ya había utilizado en El italiano.
Inolvidable, ineludible, inevitable Bernhard. Me satisface la idea de haber podido contribuir de algún modo a la difusión de su obra.
Literatura
De su obra narrativa, en la que los narradores suelen ser laterales, segundas y terceras personas siempre observadoras distantes de los protagonistas, cabe destacar Frost (Helada) (1964); Trastorno (1967), donde un médico y su hijo visitan a los enfermos de los pueblos de un valle descubriendo en sus enfermedades no sólo las físicas, sino también las morales y sociales; Das Kalkwerk (La calera) (1970), en la que un marido obsesionado por el estudio del oído humano asesina a su esposa paralítica, con la que vive aislado en un caserón perdido; Korrektur (Corrección) (1975) probablemente la más celebrada, que indaga sobre los motivos del suicidio de un arquitecto atacado por un incurable perfeccionismo y autor de una estructura en forma de cono aislada en la mitad de un bosque; Der Untergeher (El malogrado) (1983), centrada en el fracaso de un estudiante de piano en contacto con un genio, todo un estudio sobre las limitaciones humanas, y Alte Meister (Maestros antiguos) (1985). Ha escrito también una autobiografía (ya citada más arriba)con elementos ficticios, considerada por algunos como su obra más intensa e importante, constituida por cinco tomos. Sus obras de teatro más conocidas son El ignorante y el demente (1972), donde se atormentan un pedante médico que agrede con la descripción pormenorizada de una autopsia clínica, un alcohólico que ha fabricado una soprano de coloratura a costa de sacrificar todo lo demás y su consagrada diva, víctima de haber representado doscientas veces seguidas el papel de la Reina de la Noche en La flauta mágica de Mozart; otras son Die Jagdgesellschaft (La partida de caza) (1974), Die Macht der Gewohnheit (La fuerza de la costumbre) (1974) y Der Weltverbesserer (El reformador del mundo) (1979). En todas explora el tema del absurdo en la vida y los sentimientos humanos. En el teatro son característicos sus irónicos monólogos que han terminado por crear un estilo que se conoce con el nombre de Teatro de la Nueva Subjetividad (Theater der neuen Subjektivität), al que también pertenece Peter Handke. Posee una gran teatralidad y un idioma propio. Bernhard, además de pesimista ("Lo que pensamos ha sido ya pensado, lo que sentimos es caótico, lo que somos es oscuro") y un moralista asqueado por el fango ético de Austria y por extensión del mundo, es también un gran humorista, algo que en su primera narrativa no era fácil detectar; el teatro de Bernhard, en cambio, muestra desde el primer momento su vena satírica, su humor negro, que surge casi de la colisión entre lo profundo y lo trivial. Es una suerte de esperpento centroeuropeo que recoge el expresionismo alemán de entre guerras y, pasando por el nihilismo existencialista de Beckett y las muecas del absurdo de Ionesco, regresa a la elocuencia de una palabra concebida a la vez para hacerse cuerpo y música en un escenario.
El estilo de Bernhard abunda en frases reiterativas y encadenadas, se detiene en el detalle con minuciosidad obsesiva, avanza un paso y retrocede para volver sobre lo mismo Fuente, y abomina de los puntos y aparte. Su temática se muestra dolorosamente crítica con lo deleznable que el ser humano puede llegar a ser, sobre todo cuando actúa de manera gregaria. Sus temas recurrentes son el trabajo intelectual como un absurdo que acaba por conducir a la locura, la ignorancia como origen de la maldad y la violencia del hombre; la soledad del ser humano y su imposibilidad de comunicarse con quienes le rodean; la obsesión que deriva en locura, la tenacidad que aboca al hombre al desastre y la incapacidad humana para sustraerse a sus propias obcecaciones y limitaciones Fuente.
Miguel Sáenz ha traducido casi la totalidad de su obra al español, a excepción de: una versión de Ritter, Dene, Voss que fue publicada bajo el título de Almuerzo en la casa de Ludwig W. (Adriana Hidalgo, Buenos Aires, 1999) y Los comebarato traducida por Carlos Fortea (Cátedra, Madrid, 2012).
Obra
Novela
- Helada (Frost, 1963), trad. Miguel Sáenz (Madrid: Alianza, 1985)
- Trastorno (Verstörung, 1967), trad. Miguel Sáenz (Madrid: Alfaguara, 1979)
- La calera (Das Kalkwerk, 1970), trad. Miguel Sáenz (Madrid: Alianza, 1984)
- Corrección (Korrektur, 1975), trad. Miguel Sáenz (Madrid: Alianza, 1983)
- Sí (Ja, 1978), trad. Miguel Sáenz (Barcelona: Anagrama, 1985)
- Los comebarato (Die Billigesser, 1980), trad. Carlos Fortea (Madrid: Cátedra, 1986)
- El sobrino de Wittgenstein (Wittgensteins Neffe, 1982), trad. Miguel Sáenz (Barcelona: Anagrama, 1988)
- Hormigón (Beton, 1982), trad. Miguel Sáenz (Madrid: Alfaguara, 1989)
- El malogrado (Der Untergeher, 1983), trad. Miguel Sáenz (Madrid: Alfaguara, 1985)
- Tala (Holzfällen: Eine Erregung, 1984), trad. Miguel Sáenz (Madrid: Alianza, 1988)
- Maestros antiguos (Alte Meister, 1985), trad. Miguel Sáenz (Madrid: Alianza, 1985)
- Extinción (Auslöschung, 1986), trad. Miguel Sáenz (Madrid: Alfaguara, 1992)
- En las alturas (In der Höhe, escrita en 1959, publicada en 1989), trad. Miguel Sáenz (Barcelona: Anagrama, 1992)
Cuentos
- Amras (1964), trad. Miguel Sáenz (Madrid: Alianza, 1987)
- Ungenach (1968), trad. Miguel Sáenz (Madrid: Alianza, 2009)
- Acontecimientos y relatos (Ereignisse, 1969), trad. Miguel Sáenz (Madrid: Alianza, 1997)
- El italiano (Der Italiener, 1971), trad. Miguel Sáenz (Madrid: Alianza, 2001)
- El imitador de voces (Der Stimmenimitator, 1978), trad. Miguel Sáenz (Madrid: Alfaguara, 1984)
- Relatos trad. Miguel Sáenz (Madrid: Alianza, 1993)
- El carpintero y otros relatos, trad. Miguel Sáenz (Madrid: Alianza, 1993)
- Goethe se muere (Goethe schtirbt, 2010; obra póstuma), trad. Miguel Sáenz (Madrid: Alianza, 2012)
Poesía
- Así en la tierra como en el infierno (Auf der Erde und in der Hölle, 1957), trad. Miguel Sáenz (Segovia: La Uña Rota, 2010)
- In hora mortis/Bajo el hierro de la luna (recopila In hora mortis y Unter dem Eisen des Mondes, 1958) trad. Miguel Sáenz (Barcelona: DVD ediciones, 1998)
- Die Rosen der Einöde (1959)
- Ave Virgilio (Ave Virgil, 1981), trad. Miguel Sáenz (Barcelona: Península-Edicions 62, 1988)
Memorias
- El origen (Die Ursache, 1975), trad. Miguel Sáenz (Barcelona: Anagrama, 1984)
- El sótano (Der Keller, 1976), trad. Miguel Sáenz (Barcelona: Anagrama, 1984)
- El aliento (Der Atem, 1978), trad. Miguel Sáenz (Barcelona: Anagrama, 1985)
- El frío (Die Kälte, 1981), trad. Miguel Sáenz (Barcelona: Anagrama, 1985)
- Un niño (Ein Kind, 1982), trad. Miguel Sáenz (Barcelona: Anagrama, 1987)
Obras de teatro estrenadas
- Ein Fest für Boris (1970), dir. Claus Peymann, Deutsches Schauspielhaus, Hamburgo
- Der Ignorant und der Wahnsinnige (1972), dir. Peymann, Festival de Salzburgo
- Die Jagdgesellschaft (1974), dir. Peymann, Burgtheater, Viena
- Die Macht der Gewohnheit (1975), dir. Dieter Dorn, Festival de Salzburgo
- Der Präsident (1975), dir. Ernst Wendt, Akademietheater, Viena
- Die Berühmten (1976), dir. Peter Lotschatz, Burgtheater, Viena
- Minetti (1976), dir. Peymann, Staatstheater, Stuttgart
- Immanuel Kant (1978), dir. Peymann, Staatstheater, Stuttgart
- Vor dem Ruhestand (1979), dir. Peymann, Staatstheater, Stuttgart (Ante la jubilación)
- Der Weltverbesserer (1980), dir. Peymann, Schauspielhaus, Bochum
- Am Ziel (1981), dir. Peymann, Schauspielhaus, Bochum
- Über allen Gipfeln ist Ruh (1982), dir. Alfred Kirchner, Schauspielhaus, Bochum
- Der Schein trügt (1984), dir. Peymann, Schauspielhaus, Bochum
- Der Theatermacher (1985), dir. Peymann, Festival de Salzburgo
- Ritter, Dene, Voss (1986), dir.Peymann, Burgtheater, Viena
- Einfach kompliziert (1986), dir. Klaus André, Schillertheater, Berlín
- Heldenplatz (1988), dir. Peymann, Burgtheater, Viena
- Elizabeth II (1989), dir. Niels-Peter Rudolph, Schillertheater, Berlín
Traducciones de teatro al español
- Teatro: El ignorante y el demente; La partida de caza; La fuerza de la costumbre, trad. Miguel Sáenz, Alfaguara, Madrid 1987
- Teatro: Una fiesta para Boris; En la meta; El teatrero, trad. Miguel Sáenz, Hiru, Hondarribia 1998
- Plaza de los Héroes, trad. Miguel Sáenz, Hiru, Hondarribia 1998. También publicada bajo su título original: Heldenplatz, El cuenco de Plata, Buenos Aires, 2016.
- Teatro: Ante la jubilación; Minetti; Ritter, Dene, Voss, trad. Miguel Sáenz, Hiru, Hondarribia 2000
- Teatro: El reformador del mundo; Las apariencias engañan; Simplemente complicado, trad. Miguel Sáenz, Hiru, Hondarribia 2001
- Teatro: El Presidente; Los famosos; La paz reina en las cumbres, trad. Miguel Sáenz, Hiru, Hondarribia 2005
Premios
- 1963 Julius-Campe-Stipendium, beca asignada también a Gisela Elsner e Hubert Fichte;
- 1965 Literaturpreis der Freien Hansestadt Bremen por Frost;
- 1967 Literarische Ehrengabe des Kulturkreises im Bundesverband der deutschen Industrie
- 1968 Premio Nacional Austriaco de Literatura (Österreichischer Staatspreis für Literatur)
- 1968 Premio Anton Wildgans (Anton-Wildgans-Preis)
- 1970 Premio Georg Büchner (Georg-Büchner-Preis)
- 1972 Premio Franz Theodor Csokor (Franz-Theodor-Csokor-Preis)
- 1972 Premio Grillparzer (Grillparzer-Preis)
- 1972 Premio Adolf Grimme (Adolf-Grimme-Preis)
- 1974 Hannoverscher Dramatikerpreis
- 1974 Premio Séguier (Prix Séguier)
- 1976 Premio Literario de la Cámara de Comercio Austriaca (Literaturpreis der Österreichischen Bundeswirtschaftskammer)
- 1983 Premio Literario Internacional Mondello
- 1988 Premio Médicis (Prix Médicis) por Alte Meister.
- 1988 Premio Antonio Feltrinelli (Antonio-Feltrinelli-Preis). Rechazado.