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jueves, 30 de julio de 2020

Poemas de Yaroslabi Bañuelos. Me gusta su poesía fresca. LETRALIA


Poemas de Yaroslabi Bañuelos

• Lunes 27 de julio de 2020

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Anónima

Sospecho que alguna vez tuve un nombre,
un simple puñado de letras que resonaba
como el fluir de los ríos y el viento,
aunque hoy no recuerdo su canto de agua,
quizá era Ninfa, Lirio, o Azucena,
tal vez sólo fui otra hija más de mi madre.
Creo que alguna vez lloré por un muchacho,
desgasté los pies contra la negrura del pavimento
y en la fiesta de mi sexto cumpleaños
envolví mi cuerpo en vestido de olanes y perlas
como tú, como tu abuela, y mis hermanas.
Atisbo que alguna vez incendié mis manos
con el vapor de la plancha o la olla envenenada,
barrí la cocina con mis lánguidos cabellos
y salí a una cita enganchada al brazo espinoso
de un señor que odiaba los gatos y las flores.
Pero hay algo de lo que sí estoy segura:
he disparado contra mí misma
Ahora escucho un murmullo de ave migratoria
que huye del verano y yo con ella.

Epitafio

Nunca plantó un árbol en el huerto de la abuela
tampoco arrancó madreselvas ni deshojó margaritas
no escribió un libro ni cartas de despedida
o tomó la maleta para explorar playas desiertas
[apenas tuvo el tiempo preciso
para hacer la tarea y estudiar el abecedario]
Su boca inundada de pólvora y miel
jamás dará nombre a unos ojos recién nacidos
ni bautizará con estallidos de confeti
a un cachorro triste que podría haber salvado
de la pesada lluvia de plomo y amapolas
[después volvería corriendo a casa
con aquel cachorro entre los brazos
aunque mamá protestara y papá soltara gritos]
Nunca cultivó mariposas entre las pupilas
ni suficientes veranos
para devorar ciruelas maduras o besos
[y perseguir un ave dulce
hasta la tibia frontera donde brota el sol]
No guardó en sus labios los otoños necesarios
para vociferar que el amor es una cloaca
[para reírse del azar y mandar todo a la mierda]
No diluyó las madrugadas con un whisky barato
ni amontonó blasfemias y cenizas
sobre la mesa muerta del bar de siempre
Habitó la primavera fugaz que se desmorona
ante el canto de los misiles
Y el colibrí de marzo acumuló sobre sus alas
la fúnebre acrobacia del helicóptero blindado
el rugido de la bala que perfora al viento
los disparos de hielo que le estallaron en la frente
[Nunca plantó un árbol
pero pintó con pólvora los huecos del olvido].

Luto

Compañeras poetas, absuelvan estos versos
perdonen que no hable de amores apócrifos
o corazones fragmentados en millones de suspiros
¿Qué si digo feminicidio y grito
¡que vivan los locos y los cobardes!
y me quedo dormida bajo el estruendo de cañones?
¡Qué importa!
Yo no guardo luto por tiranos ni asesinos
no regalo mi silencio a corruptos o fascistas
¡Qué importa!
Mis palabras aún no saben reconstruir el mundo.

Ella está furiosa

Ella está furiosa / la rabia desova dentro de su cuerpo
y un aguijón nace en la punta de su lengua
siente la ira de los soles extintos
la angustia de los perros extraviados en la carretera
el miedo derramado en la silla eléctrica
Ella está furiosa / tiene en los ojos
el veneno de quinientos crótalos
y un tropel de caballos salvajes que avanza
a través del silencio
adicta a la tristeza / abre la boca
y escapan en bandada los pájaros nocturnos
Ella está furiosa / anhela invocar a la diosa
de las cosas marchitas
quiere desgajar la cabeza de su verdugo
dislocar la melancolía
beber un trago de ron y llorar bajo las estrellas
Ella está furiosa / un huevo de lava eclosiona
en su vientre / el amor por los bosques
se trueca en cuervos y fatiga
La luz se arrastra en su piel como un leopardo herido
reuniendo los huesos rotos de un poema
La noche le sugiere una tregua de mil días
levantar el luto por las cicatrices
abrir las ventanas a las mariposas
o perfumar la casa con albahaca
danzar junto al céfiro y los zanates de la tarde
[pero ella está furiosa].

Mujer serpiente

Mi nombre es Lilith
la mujer alada
madre de los ángeles caídos
nacida del barro
y el viento oscuro
Soy la que transitó
por los aires
y abandonó el paraíso
para buscar
la anarquía
y saciar el hambre
Mi sangre es venenosa
escupo la magia
de las serpientes
con un ínfimo hechizo
puedo agriar el vino
marchitar los campos
secar las semillas
o pintar con moho
las lenguas de bronce
Yo soy Lilith
mariposa subversiva
rapaz nocturna
Mi nombre desciende
de la noche
Soy la que bebe
la dulce savia
de los hombres dormidos
Soy la que reposa
junto a los gatos salvajes
y las hienas
Soy la que habita
el lenguaje de las sombras
o el idioma
que murmuran los muertos
Domino el arte de la rabia
poseo el don
de emponzoñar el espíritu
Me deleita
opacar los cristales
invocar tormentas
confeccionar laberintos
o asesinar insectos
con la mirada
y los perros feroces
enloquecen al saborear
mi carne corrompida
Yo soy Lilith
la que engendra oscuridad y abismo.

La mujer de Lot miró atrás

Los cuervos cuentan al viento que la mujer de sal
desapareció una mañana cualquiera
atravesó el humo y descendió al infierno
hipnotizada por una zarza ardiente
que alumbraba las entrañas del insomnio
Los gorriones dicen que partió sin equipaje
pero antes de marcharse
incendió la vieja casa de sus miedos
[enterró los despojos bajo la piel de Sodoma
y caminó sobre las brasas
hacia las profundidades de un Edén incierto]
Las golondrinas susurran que extravió el corazón
entre los salmos de los marineros
que una llamarada arrojó su brújula
a las fauces del Mar Muerto
y un arcángel despiadado apresó en el Seol
los fragmentos de aquel cuerpo roído por la luz
¿En qué lágrima se esconde la cicatriz que dejó el éxodo?
¿En qué tupida hoguera feneció la calma?
¿En qué aguardiente se hundió el boleto de vuelta?
¿En qué alcantarilla se escurrió la ceniza de los sueños?
Los buitres rumoran que mientras Sodoma ardía
la mujer de sal miró atrás sin remordimientos
[esa noche una lluvia de pólvora arrasó la ciudad
y el rojo diluvio apagó las fiestas]
Otras aves dicen que ella vio su propio apocalipsis
que su rostro era un girasol empapado de lumbre
que sus pupilas brillaban como el fuego del Gehena
¿Ansiaba la mujer de Lot naufragar en las llamas?
¿Deseaba aniquilar el dolor primigenio
………………………………………….las noches pretéritas
…………………………………………………………las mañanas sin pájaros?
Un día su recuerdo será un manojo de libélulas y rosas
Un día las palomas pronunciarán su nombre:
…………………………………………………………………….Edith
…………………………………………………………………….Edith
…………………………………………………………………….Edith

Jardines fantasmales

Aquí siempre es el mes de los lobos. La noche cruje en la garganta de un ave insomne. Mi cuerpo palpita como magnolia oscura, como un loto abierto donde sucumben las mariposas. Aquí no florece el sol en los tejados, aunque el fuego devore cada árbol moribundo. Aquí no llueven madreselvas. Los girasoles se camuflan con la falsa neblina. La hiedra persigue indicios de tormenta: se enreda en las púas del cielo, oprime la penumbra, sofoca las plegarias que murmura la tierra.
Yo soy una flor insaciable de libélulas y lluvia, hierba macerada por el desierto, una polilla atrapada en la telaraña de los días. Aquí la luz incendia los bordes del viento. El turpial no anida más bajo esta lengua seca. Aquí jamás reverdecen las palabras, no germina el verso atorado entre los dientes. Los espectros susurran una turbia bandada de poemas. Y la lechuza canta el himno de los pájaros desahuciados.

Jardines fantasmales II

Agosto disfraza los jardines de cementerio. Después de las lágrimas no brotan azucenas. En mi voz crece una bromelia sedienta. Soy un fantasma que se diluye entre la bruma y el cielo. Mis nervios son hojas que se desbaratan, mis cabellos enredaderas espinosas. La sangre riega las amapolas y los huesos. Deseo hundirme en un pozo de pirañas y nenúfares, rodar bajo la espesura del silencio monstruoso. Aquí la luna engendra lirios de gótica raíz. Mi boca es una puerta donde transita el fuego. Mi lengua una semilla amarga, planta carnívora, venus atrapamoscas: por eso siempre cargo en los labios el sabor de un verano muerto o el aullido de un sueño licántropo.