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lunes, 23 de marzo de 2020

Acantilado recupera en una versión de José María Micó la ‘Comedia’ de Dante Alighieri

El libro infinito

Acantilado recupera en una versión de José María Micó la ‘Comedia’ de Dante Alighieri

 
Dante Alighieri. -


En 2021 se cumplirán setecientos años del fallecimiento de Dante Alighieri, autor de una de las obras literarias más influyentes de la historia universal de la literatura: La Divina comedia, o, simplemente, Comedia, como propone José María Micó, traductor de la última versión en lengua española, publicada recientemente en Acantilado. El profesor y poeta barcelonés nos advierte en su prólogo de que con ello se recupera el título original, el que le dio el propio Dante, ya que el adjetivo «divina» fue una expresión nacida del entusiasmo de Boccaccio, que se incorporó a una edición veneciana del siglo XVI y se ha mantenido hasta nuestros días.
Micó nos presenta el resultado de un esfuerzo que ha sostenido durante cinco años. El origen de su fascinación con la obra maestra del florentino viene de lejos e implica su propio viaje, que se inició cuando, siendo aún adolescente, se aventuró a leer el texto en lengua original sin estar familiarizado con el italiano. En esa experiencia germinaría un deseo: el de traducirla en el futuro, cuando conociera el idioma en profundidad. Desde aquellos años hasta la presente edición, Micó ha adquirido solvencia literaria (es especialista en el Siglo de Oro español y Renacimiento italiano) y tal dominio de este idioma que en 2006 se alzó con el premio nacional a la mejor traducción por su versión de otro clásico italiano imprescindible: Orlando furioso, de Ludovico Ariosto. El propósito de juventud estaba ya al alcance de la mano, llevándolo finalmente a cabo entre 2014 y 2018.

Esta nueva versión de la Comedia representa un importante esfuerzo de superación o, al menos, actualización, de una de las traducciones más celebradas en lengua española: la que en los años sesenta del pasado siglo publicó Ángel Crespo. El poeta de la generación del 50 puso su empeño, entre otras cuestiones, en respetar la rima de los tercetos encadenados, a lo largo de los 14.233 versos que conforman esta aventura poética. Cuarenta años más tarde, Micó prescinde de dicha rima, ya que, afirma, forzaba el uso de soluciones artificiosas y extemporáneas. El autor sí mantiene los tercetos endecasílabos (opción que había utilizado a finales de la década de 1980 Luis Martínez de Merlo) y prioriza la pulsión narrativa del original, que Dante condujo con magistral naturalidad y fluidez. Micó, en definitiva, se propone acercar la portentosa imaginación de Dante hasta el lector actual, despejando el camino de cualquier estridencia que pueda entorpecerle en su cometido. El objetivo es facilitar la penetración, siete siglos más tarde, del mayor número de capas posibles de este poema poliédrico, vivo y apasionante. 
Por este motivo suprime las notas a pie de página y coloca en este espacio el texto original, para que, quien quiera seguirlo, o cotejarlo con la traducción, como él mismo hizo en su juventud, se atreva sin cortapisas. Además, las notas introductorias a cada uno de los cantos ayudan a desentrañar el contenido de los versos que le siguen. No se quedan ahí los elementos que allanan el camino a la inteligibilidad de la obra: un doble prólogo, así como grabados y mapas del universo de la Comedia y un índice donde consta una breve descripción de personajes, lugares y obras citados en el relato, completan los recursos puestos a disposición del lector para la interpretación de sus noventa y nueve cantos. También son sobresalientes las soluciones empleadas para facilitar la legibilidad de esta edición -muy manejable, pese a sus 942 páginas- como la calidad del papel «el mejor que se ha utilizado nunca», en palabras de Sandra Ollos, su editora, así como una tipografía cuyo cuerpo permite seguir el relato sin que suponga un problema para la vista.
Micó nos recuerda que estamos tratando con uno de los clásicos canónicos por excelencia y subraya que este estatus no se adquiere reuniendo las mejores características del estilo de su época, sino «porque no se parecen a sus contemporáneos, porque trasgredieron las normas», y eso les convirtió en inclasificables.
Resulta apabullante enumerar todas las innovaciones que reunió la Comedia. El autor florentino, que había dado luz previamente en latín a Vita nuova y De vulgari eloquentia, decide escribir primero el Infierno y, a lo largo de los quince años siguientes, Purgatorio y Paraíso, en lengua vulgar, en toscano, adentrándose como zapador en terreno virgen. Sin el soporte de una tradición previa, ha de dotar de corporeidad, elasticidad y fondo a un idioma nuevo, cuyos límites va transgrediendo en función de sus necesidades expresivas. Este lenguaje por él creado, con el correr del tiempo, se tomará de base para la arquitectura del italiano literario. También es la Comedia, como recoge Micó en el prólogo, precursora de lo que venimos llamando «autoficción». Dante es autor y protagonista de este viaje que le lleva a la salvación, primero de la mano de su admirado Virgilio, y posteriormente de Beatriz, la idolatrada -para Bloom el mayor logro de toda la obra-, que le conducirá a las puertas de Dios. El universo dantesco es, además, un tratado del saber medieval más allá de los personajes de la Florencia de la época: papas, banqueros, políticos, poetas o pintores, su manera de levantar el complicado andamiaje que los contiene nos coloca en el umbral del Renacimiento.
Pero si hubiese que quedarse con un solo logro de la Comedia este sería, sin duda, el de anticiparse a cualquier tiempo por venir, pues como afirma Micó: «Es el único libro en el que todos somos personajes sin saberlo».

‘Comedia’. Autor: Dante Alighieri (prólogo, traducción y comentarios de José María Micó). Edita: Acantilado. Barcelona, 2018.