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viernes, 9 de noviembre de 2018

Reyes Calderón, novelista del tráfico de arte en Alicante.

Reyes Calderón: «Un juez tiene que aplicar legalidad, no justicia»

La creadora de la juez Lola MacHor vuelve a Alicante, donde en 2016 ganó el Premio Azorín, y lo hace para presentar su nueva novela, Clave Matisse, en las Veladas Literarias Maestral

08.11.2018 | 23:53
La escritora Reyes Calderón.
La creadora de la juez Lola MacHor vuelve a Alicante, donde en 2016 ganó el Premio Azorín, y lo hace para presentar su nueva novela, Clave Matisse, en las Veladas Literarias Maestral. Será hoy, a las 21 horas, con menú y vino acordes a esta obra de suspense.
Nueva novela con la juez Lola MacHor como protagonista. ¿En qué aventura anda ahora?
Es una novela como todas las de MacHor de suspense, muy rápida, donde el lector se mete enseguida como protagonista en la trama. Tiene muchos rasgos históricos y gira alrededor del tráfico ilícito de arte.
Esta vez da más protagonismo a su marido, Jaime, investigador del CSIC.
Esta trama tiene que ver con una historia familiar de Jaime y tiene tanto impacto en el matrimonio que cada uno hace su investigación en paralelo. Al final, las dos líneas terminan juntándose, pero eso nos permite conocer a este hombre que es muy brillante pero que ante la personalidad de Lola queda eclipsado, como pasa a muchos hombres hoy en día, y no lo lleva demasiado bien.
No es un momento de gran popularidad para los jueces.
Creo que los jueces en España, estadísticamente, son magníficos, son muy buenos profesionales aunque trabajan con medios escasísimos. Es cierto que siempre hay alguna manzana que se escapa de este terreno y, en este sentido, Lola es un buen ejemplo de los buenos jueces. Cuando yo ascendí a Lola a la Tribunal Supremo no había habido ninguna mujer en esa institución y quiero pensar que contribuyó a abrir brecha en términos femeninos.
¿Qué cree que hubiera hecho Lola MacHor en la sentencia de las hipotecas?
Un juez lo que tiene que hacer, entiendo yo, es aplicar legalidad, no justicia. Los jueces no nos dan justicia, la justicia te la da la vida a veces. Creo que en este caso la norma deja algunas aristas que hacen que haya esa disparidad de opiniones. Así que lo que hay que hacer es cambiar la norma para que haya claridad. No tengo claro qué hubiera votado Lola porque no sé qué línea hay entre legalidad y justicia en este caso.
Las Veladas Literarias ofrecen un menú acorde a la historia del libro. Será curioso para usted como autora.
Te lo puedes imaginar. Normalmente el premio de un libro es haberlo escrito, pero si encima la otra parte te trata de esta manera es miel sobre hojuelas. Es fascinante pensar que lo que yo he llorado y disfrutado escribiendo una novela, el trabajo que he hecho para elegir qué era lo más adecuado para que los protagonistas cenasen, lo vea hecho realidad.
Ganó el Premio Azorín en 2016 Dispara a la luna . ¿Qué ha supuesto en su carrera ahora que lo ve con perspectiva?
Pues unir tu apellido al de Azorín no tiene precio. Me producía no solo perplejidad, porque hay escritores que lo merecen más que yo, sino que me acomplejaba pensar que alguien podía unir mi apellido al suyo. He aprovechado para releer a Azorín y la contraprestación que puedo dar es que él y sus magníficos escritos salgan reforzados.
Sigue compaginando la carrera literaria con la docente, que se centra en buenas prácticas de gobierno corporativo y de estrategias de anticorrupción y transparencia. Falta hace.
Desafortunadamente sí. Me dedico a la anticorrupción porque si me dedicara a la corrupción viviría mejor durante un tiempo, pero luego acabaría en la cárcel. La anticorrupción está de enhorabuena porque tenemos los periódicos llenos de casos de corrupción. La gente cree que si se ve en los periódicos es que el país es muy corrupto, pero en realidad no es así porque la corrupción no existe sin impunidad. Aunque es incómodo para la ciudadanía ver estos casos, lo que hace esta situación es acabar con la impunidad y eso en una gran noticia.