miércoles, 4 de febrero de 2015
Por Fernando Chelle
Estudio de "El Aleph", de Jorge Luis Borges
Un acercamiento al cuento paradigmático de la literatura de
Jorge Luis Borges. Son muchos los críticos literarios que consideran
este texto una de las mejores obras de ficción de todo el siglo XX.
Por Fernando Chelle
El
texto elegido para comentar en este artículo literario pertenece al
escritor argentino Jorge Luis Borges (Buenos Aires, Argentina, 24 de
agosto de 1899 ‑ Ginebra, Suiza, 14 de junio de 1986). Se trata de un
cuento titulado El Aleph,
considerado por una parte de la crítica literaria mundial como una de
las mejores ficciones del siglo XX. El texto fue publicado por vez
primera en la revista Sur en el año 1945 y posteriormente formó parte del libro homónimo que publicó la Editorial Emecé de Buenos Aires en 1949.
Este
cuento paradigmático de la literatura borgiana es el que cierra un
libro que contiene diecisiete relatos, donde de alguna manera cada uno
de ellos trata sobre algún conjunto en particular (sobre algún
catálogo), y donde se encuentran los temas más recurrentes del autor
argentino; el tiempo, la muerte, la inmortalidad, la búsqueda del
conocimiento vinculada a la curiosidad, la cábala, los laberintos, las
bibliotecas, la referencia a diferentes obras del canon universal, la
incapacidad del ser humano de enfrentarse a la eternidad, el universo,
la infinitud, los dioses, el azar, entre otros. La obra toma el nombre
del símbolo matemático א
(número álef) que señala el tamaño de conjuntos infinitos y que para
las doctrinas místicas de la Cábala significa la multiplicidad infinita
del universo. En esta primera letra del alfabeto hebreo los místicos
judíos vieron la raíz espiritual de todas las letras, una letra que las
contiene a todas y por ende contiene todos los elementos del lenguaje
humano. Según esta tradición la letra (álef) es un símbolo del universo y
de la voluntad divina, ya que fue la única letra que los mortales
escucharon de la voz de Dios.
Este
libro de Borges, donde confluye lo tradicional y lo metafísico, está
escrito con una prosa, si bien profunda, sobria, fácil de leer; posee la
virtud de abordar temas sumamente complejos en tramas sencillas, esto
lo podemos ver claramente en el cuento elegido para el artículo, donde
si bien se recrea una experiencia trascendental, la narración es simple,
lineal.
El
cuento está narrado en primera persona por un narrador protagonista,
que curiosamente tiene el mismo apellido que el autor; esto no es más
que un juego que utiliza el escritor de la narración que ayuda a que
aparezcan desdibujados los parámetros que separan la realidad de la
ficción y que se suma a otros elementos de carácter verosímil que
aparecen en el texto y que forman parte de una realidad reconocible.
Esta
obra tiene como principal tema la experiencia del enfrentamiento de un
individuo, en este caso el narrador protagonista, al infinito,
representado en un objeto llamado el Aleph, que no es otra cosa que un
punto en el universo (microcosmos) que contiene a su vez todos los
puntos del universo (macrocosmos). Borges-autor ha utilizado en este
relato de características fantásticas un procedimiento consistente en
ubicar un objeto de características simbólicas en un ámbito cotidiano y
real como es un sótano en plena ciudad de Buenos Aires. Lo fantástico se
caracteriza por incluir lo sobrenatural en lo cotidiano; en el caso de
este cuento no solo se narran acontecimientos completamente realistas,
sino que estos acontecimientos están anclados en una realidad
perfectamente reconocible, verosímil. Allí está no solo la ciudad de
Buenos Aires, sino también el barrio Constitución, los nombres de
autores como Juan Crisóstomo Lafinur y Pedro Enríquez Ureña entre otras
referencias del mundo real; esto le permite jugar con una realidad
verosímil, ficcionalizarla y luego adentrarse en otra dimensión
fantástica que es donde se encuentra el Aleph.
A
la hora de describir la multiplicidad de las cosas del universo que
refleja el Aleph, el narrador se enfrenta a la imposibilidad de hacerlo
de forma completa mediante un instrumento tan limitado como el lenguaje
humano y por esa razón acude a enumeraciones caóticas que de alguna
manera lo acercan a una sucesión interminable. Pero si bien este es el
tema central del relato, hay otros dos que también forman parte del eje
narrativo del cuento. Ellos son: la relación de amor frustrado entre
Borges‑protagonista y la desaparecida Beatriz Viterbo, y por otro lado
la relación de carácter personal y literario que mantiene
Borges‑protagonista con el primo de Beatriz, Carlos Argentino Daneri.
El
relato se podría dividir en tres momentos: en primer lugar, los hechos
que suceden en la vida del protagonista antes de la contemplación del
Aleph, luego la contemplación propiamente dicha y por último las
reflexiones que despierta en el personaje la contemplación del
maravilloso objeto.
Luego de dos breves citas, una tomada de Shakespeare y otra del Leviathan,
comienza el relato haciendo referencia a la muerte de Beatriz Viterbo,
amiga del narrador protagonista. En la primera parte del relato, que se
corresponde con los hechos que le suceden a Borges‑protagonista antes de
la contemplación del Aleph, el personaje nos cuenta cómo se fue
haciendo un visitante frecuente de la casa de su difunta amiga, lugar
donde se encuentra con el padre de Beatriz y fundamentalmente con su
primo, Carlos Argentino Daneri, autor de un poema titulado “La tierra”,
con el que intenta mostrar toda la redondez del planeta. El personaje
Borges, mantiene extensas charlas con Daneri que le sirven al
Borges‑autor para dar sus puntos de vista sobre diferentes conceptos
referentes al mundo literario. Satíricamente el autor ha creado un
personaje como Daneri que es quien personifica dentro de la narración la
imagen de un seudo‑poeta, consagrado por premios nacionales; es
indudable la crítica implícita que se hace a la mala literatura por
parte de Borges, ya que las estrofas transcritas del primo de Beatriz, y
que este considera valiosas, no son más que torpes versificaciones
extravagantes. En una ocasión, Daneri llama por teléfono a Borges para
invitarlo a tomar la leche en el bar de Zunino y de Zungri, los
propietarios de la casa de la calle Garay donde tradicionalmente había
vivido. Allí le lee algunas estrofas del poema y Borges teme que Daneri
termine pidiendo que le prologue el libro, cosa que no sucede ya que el
pedido que le hace apunta a que Borges funcione como un intermediario
con el escritor Álvaro Melián Lafinur, para que este último prologue la
obra. En una primera instancia Borges acepta cumplir la función de
intermediario y hablar con Lafinur, pero una vez que se despide de
Carlos Argentino Daneri lo piensa mejor y decide no hacerlo y hacerse
responsable de su decisión. Meses después Borges recibe otro llamado de
un desesperado Daneri que le cuenta que Zunino y Zungri planeaban
derrumbar la casa de la calle Garay, lugar donde, le cuenta a modo de
confesión, hay en el sótano un Aleph, un espacio donde se confunden
todos los espacios del orbe, que
había descubierto siendo niño y ahora le era necesario para culminar
una novela que estaba escribiendo. Ante estas palabras, Borges se siente
tentado de ir inmediatamente a conocer el maravilloso objeto. Una vez
en la casa, Daneri ofrece a Borges una copa de coñac, lo invita a bajar
al sótano y le indica la posición que debe adoptar para poder contemplar
el Aleph. Por un momento Borges sospecha que Daneri lo quiere matar y
que su curiosidad lo ha hecho caer en la trampa, pero nada de eso
sucede, sino que al cabo de seguir los pasos que Daneri le ha indicado
para poder ver el objeto finalmente puede contemplar el universo en un
punto preciso. Así es que el maravillado protagonista ve una esfera cuyo
centro está en todas partes y la circunferencia en ninguna; un objeto
en que se refleja el Todo, sin límite de espacio, y donde el tiempo son
todos los tiempos fusionados en una realidad simultánea; ve diversos
sitios de diferentes lugares, ve el pasado, el presente y el futuro y
accede en ese momento a los más recónditos secretos que guarda el
universo. La fantástica contemplación hace sentir al protagonista
infinita veneración e infinita lástima y solo atina a decirle a Daneri,
que busca la complicidad de su invitado: “Formidable. Sí, formidable”.
Borges opta por no hablar con su anfitrión de la magnífica visión y lo
termina instando a que finalmente aproveche la demolición de la casa
para alejarse definitivamente del Aleph. Nunca sabemos si son
coincidentes las visiones que tienen ambos personajes acerca del Aleph,
Borges opta por no contestar la pregunta que le hace Daneri: “-¿Lo viste todo bien, en colores?”
El
cuento finaliza con una posdata donde el protagonista informa que la
casa fue finalmente demolida en 1943 y por ende el Aleph fue destruido.
También hace referencia a la suerte que corrió Daneri como escritor y a
dos circunstancias sobre la naturaleza del Aleph, una sobre su origen y
otra sobre su posible falsedad. Estas reflexiones están basadas en citas
de algunos textos de autores clásicos y de otros contemporáneos. A las
distintas hipótesis sobre lo sucedido con el objeto, el protagonista
suma la posibilidad de que lo haya visto pero lo haya olvidado.
Es innegable el paralelismo que se podría establecer en este relato con algunos pasajes de obras como “La Divina Comedia”
de Dante Alighieri, donde Beatriz Viterbo sería comparable a Beatriz
Portinari, porque es gracias a ella que Borges ‑al igual que Dante‑
puede llegar a la divinidad, en este caso representada en el Aleph. Algo
similar sucedería con “La República”
de Platón, donde se podría comparar el descenso al sótano con el mito
de la caverna, donde los personajes están inmóviles y ven imágenes que
vienen a sustituir la realidad. Pero
tanto estos paralelismos como las numerosas posibles interpretaciones
que podemos hacer del cuento desde distintos puntos de vista, que irían
desde lo literario hasta lo filosófico y lo teológico, serían parte de
un estudio que excede a este artículo, en que apenas se ha intentado un
acercamiento a un texto imprescindible de la literatura del pasado
siglo.
Artículo publicado en la revista digital Vadenuevo www.vadenuevo.com.uy. Febrero de 2015. Disponible aquí: http://www.vadenuevo.com.uy/index.php/the-news/3317-77vadenuevo12