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jueves, 15 de marzo de 2018

ME LLAMAN ROJO. Por Agustín Conchilla

ME LLAMAN ROJO



Los claros penetran por la ventana

de un lecho vacío, desierto, solitario.

La luz tardía no alumbra al ciudadano

  que madrugó para marchar temprano.



Sufrir de estrés, de incertidumbre,

en faena dura, extensa, exhausta.

Jornalero en pasión y obligaciones,

ausencia de gozos y distracciones.



El trabajo que produce y le atormenta

busca bienestar, dignidad, provechosa.

Necesidad y contraste que impacienta

entre sueños de abundancia generosa.



El idealismo del marxismo sacrifica.

El neoliberal se vende por bondad.

Ambos traen penuria y desigualdad

que a todo obrero asfixia y fortifica.

Autor: Agustín Conchilla.
Enviado el 15 de marzo 2018