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jueves, 1 de junio de 2017

Elegía primera a Nicolás del Hierro, por Ramón Palmeral. Retrato a lápiz.





     (Retrato a lápiz de Nicolás del Hierro, poeta de Piedrabuena, por R. Palmeral)



11.- ELEGIA PRIMERA A NICOLÁS DEL HIERRO


Llegó el gélido enero con su mano de guadaña para llevarse a un poeta camino de la madrugada, más allá de los trigos con temor de hoces regaladas.

Entre las sonrientes palabras vi a Nicolás entre hierros suaves escondido, tenía la pluma marchita
                          como la de los ánades acuáticos.

No hay extensión más grande que la herida que deja un amigo cuando se queda  dormido entre  los lienzos de la muralla del Miraflores castillo.

Quiero reencarnarme en cigüeña y volar por todas los campanarios de la Mancha y tocar un réquiem de conjuro entre las jaras, cambrones y los romeros tristes.

Como una perdiz estuve en los montes y en el valle de Alcudia buscándote en las cabañas
de lo Eterno para librarte de las escopetas de los perdigueros.

Luego nací alcornoque sobre los límites de Extremadura para gritar libre a los vientos espirituales que vienen del atlante.

Te mandé cartas donde la espuma amanecía en la superficie y gritaban: ¡Despertad agricultores y pastores de los trigos! 
     –desesperación.

Un hocino  va persiguiendo a «un hombre solo por el campo», ocultándose de los espejos de los cielos que  son tus ojos marinos.       


Cuando odiamos  a un enemigo
nuestro odio no les daña a ellos,
pero cuando queremos,  ellos sí
sienten nuestro amor amigo.

Compañero de la poesía, compañero, en el otro lado nos veremos entre la nata de los almendros de nácar florecidos,  y el eterno: «Cobijo de  la tierra».

Se ha ido una gran persona
y un gran poeta amigo de sus amigos.

Ramón Ferrnández Palmeral
Poeta de Piedrabuena

Fallecido en Madrid el 14 de enero de 2017