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domingo, 9 de septiembre de 2012

TALLER de creación poética (XII)

LOS PROBLEMAS DE LA MÉTRICA

Como sabemos, el metro, la métrica se ocupa de la naturaleza y propiedades de los versos, de su combinación, de los elementos rítmicos de los mensajes, para comprender el lenguaje artístico. La Métrica estudia el ritmo y los sonidos. Nos sirve para medir los versos y su combinaciones.

Por lo general los poetas actuales, han o hemos abandonado la lucha contra la tiranía de la Métrica por incapacidad, preferimos el verso libre o vesículos. Los versos medidos en sílabas exactas no nos seducen, y hemos empezado por «eructar versos altisonantes» según escribió Horacio, al definir lo que era un mal poeta. No podemos volver atrás, al mester de clerecía que contaban las sílabas de los versos. A la hora de recitar el oyente no percibirá el cómputo de sílabas sino el tema, el mensaje que les llegará, y que les puede o no interesar.

Hemos olvido qué es una sinalefa, la sinéresis o la diéresis, o un encabalgamiento, ya no nos importan si son de arte mayor o menor, si vamos a componer un cuarteto o un serventesio, una copla o una seguidilla, una redondilla o una cuarteta (existen 6 clases de estrofas de cuatro versos) o un mal soneto. Pero sigo insistiendo que un poeta que se precie como un pintor no puede ignorar la teoría.

Debíamos sopesar qué se ha perdido y que se ha ganado. Se ha perdido el gusto y la medida en el equilibrio de los versos. La labor artesanal de someterse a unas reglas, a unos principios establecidos, a la ortodoxia de la poética. Las razones son obvias, cuando la mayoría olvida las reglas, ya no importa su cumplimiento, cuando el crítico no nos censura severamente caminamos por el barbecho. No obstante, los eruditos, entendidos y puristas siempre reconocerán el esfuerzo, la laboriosidad y la precisión de un soneto perfecto; pero nada más.

¿Qué hemos ganado hoy día?. Simplemente «libertad estilística» , y es mucho paso. Quien no se tiene que somete a unas leyes estrictas es libre para decir por otros campos. Todo se renueva, incluida la poesía. Hoy, por la falta de tiempo se usa la ametría, sin metro.

Cuando se intenta escribir un soneto sometido a las más estrictas reglas de la métrica y la rima, el esfuerzo que supone, si no se posee habilidad y experiencia, es superior al rendimiento obtenido.

La poesía empezó a prescindir de las reglas de la Métrica en el siglo XVI con el soneto estrambote, luego la silva (mezcla de arte mayor y menor), y el verso en blanco o suelto, ante la necesidad de incorporar al poema unos elementos esenciales de expresividad sin renunciar a las reglas, hasta llegar al verso libre y el versículo. La Silva (silva, selva). «Serie ilimitada de versos heptasílabos y endecasílabos, mezclados al arbitrio del poeta, el cual atribuye también las rimas libremente. Pueden quedar versos sueltos». El romanticismo o «romantismo» como algunos lo llamaron inició con Espronceda el gusto por los poemas polimétricos. No hay generación sobre la que se hayan escrito más estudios o antologías como la del 27, sin embargo fueron los primeros en abandonar la métrica y adoptar el verso libre... Miguel Hernández renuncia al preciosismo a favor de una poesía social y comunicativa.

LA MEDIDA depende del número de sílabas, los acentos y las pausas. No es lo mismo una sílaba común que una sílaba poética. Se toma como modelo o término medio las palabras llanas o grave, sería el nivel cero. Si la palabra termina en agudas, se le suma una sílaba más; si termina en esdrújula, una de menos. La "y" es una consonante aunque suene como vocal, no cuenta.

Tan garrida y con amor =7+1 =8 sílabas Puros jazmines cándidos= 8-1 =7 sílabas

Las figuras de dicción son:

La sinalefa
El hiato
La sinéresis
La diéresis o dialefa
Otras figuras de dicción gramaticales
El acento final del verso

Para el cúmputo silíbico os recomiendo la página siguiente: Pilares fundamentales del verso.



Por Ramón Palmeral (poeta)

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