Páginas
▼
martes, 12 de junio de 2012
Relato de un día de maratón de fotos en Elche/Elx
La mañana del domingo 10 de junio se levantó versátil, justo el 40 de mayo y el menos 20 de julio. Y para no liarme decidí armarme de mi maquina Nikon 500 y salir al frondoso bosque de las imágenes urbanas de la ciudad milenaria de Elx/Elche, donde se ahogó Asdrúbal al pasar el río Vinalopó, debió ser otro Vinalopó. Aparqué en el parking de la estación de Renfe pues la avenida de la Estación estaba cerrada al tráfico para dejar espacio a los múltiples y coloridos tenderetes de venta de objetos y libros antiguos, mercadillo dominical curiosos como es típico en otros lugares.
Bajé por Passag de L´Estació, amplio, ajardinado, fresco por los toldos que han puesto y las culturas de broncíneos cuerpo enroscados del amor. Presentado en el puesto de AF/ELX (Asociación de fotógrafos de Elx) Palacio de Altamira, para recoger la acreditación bajo el pago de 3 € y darle a la tarjeta de la cámara, para comprobar que está virgen, y darle una contraseña. Gente joven y campechana.
Me puse el traje de cazador de imágenes, fotógrafo con trípode en ristra y empecé a sentir la llamada del safari de las fieras imágenes con la escultura- bola del mundo de Eutiquio, la plaza de la Basílica de Santa María que llama del Congreso Eucarístico, el interior es barroco y saqué fotos al trono o paso del Corpus Cristi o Cuerpo de Cristo y a lanzar flashes convertidos en rayos cósmicos al cáliz reliquia con esfera de luminoso cristal y también al techo de donde sale y baja la Gran Palmera el 15 de agosto con la Virgen, la Anunciación que llaman el Misteri de Elx, tradicional de 6 ó 7 siglos atrás.
La máquina digital Nikon se puso caliente y tuve la suerte de sacarles unas foso al ECCE HOMO en una hornacina junto a una capilla donde estaban celebrando un bautizo. Saqué un foto con ciertas veladuras como si el Crucificado se hubiera movido misteriosamente, y me dije, ha sido una señal de Cristo Crucificado, me recordó la película de Marcelino Pan y Vino cuando se desclava del madero para coger el pan que el ofrece el niño Marcelino.
En la puerta principal de la Basílica veo de rodillas a un grupo de amigos de la fe y de la tradición poniendo artesanalmente con manos que son pétalos de flores rojas y amarillas, gualdas de la bandera de España, para formar geométricas figuras. Este grupo atrajo mi atención he hice una docena de fotos y un autorretrato para situarme. En frente el grupo escultórico de peregrinos que anuncian al visitante el camino de Santiago, y por allí pupulaban los fotógrafos ya en carrera de inolvidable maratón fotográfico (se inscribieron cerca de 200).
Luego me acerqué a la plaza Baixa, donde se alza barroco el Ayuntamiento de Elche, con sus banderolas a un viento inexistente, pues las palmeras habían dejado de abanicarse. Encontré a dos fotógrafas con las que charlé un rato y seguí mi camino en solitario buscando una merecida cerveza sin alcohol, pues no quería tener problemas con los mando de la Nikon y del Seat Altea.
Luego por la calle Avelino Rubio están levantando un altar, y una Virgen en el suelo sobre una alfombra, menos mal, han de subirla al pedestal, esta sí que es una foto digna y extraña, ocasión casual y que aprovecho.
Eran la una de la tarde, la mañana se me había ido como copo de nieve entre las manos calientes de la cámara y la muleta que no me falta.
Digna mañana, mis felicitaciones por el maratón.
Ramón Fernández Palmeral.
Elche 9 de junio 20012
(Estudioso de las fotos, y cocinero de la imagen)