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martes, 26 de junio de 2012
Recital poético-musical de la presentación del libro "Voces en Azul"
(Fotografías de Franchi)
PRESENTACIÓN DEL LIBRO: "VOCES EN AZUL", en la Sede de la Universidad, a cargo de Ramón Fernández Palmeral
Gracias Julio Pavanetti, gracias Anna, almas del Liceo Poético de Benidorm por invitarme a presentaros un nuevo libro. Hoy “Voces en Azul”, el anterior fue a finales de agosto de 2006, cuando presenté en este misma Sede el libro de poemas Abriendo puertas…por amor al arte y dije en aquella ocasión que “Los libros ajenos son siempre difíciles de forjar en el yunque de la crítica y encontrarles el verdadero valor que poseen sin lisonjas ni adulaciones gratuitas. La subjetividad va siempre aneja a la poesía, que es el talón de Aquiles de todo analista que se precie en buscarles su valoración porque no hay patrones de medición, la poesía es inconmensurable. Lo poemas no se pueden medir ni evaluar, simplemente aceptarlos porque el receptor de la poesía son aquellos quienes la necesitan”.
El 18 de mayo me encontré a la pareja Julio Pavannetti y Annabel Villar (directores de esta colección Biblioteca en Azul) en la presentación del un libro de relatos y poesía de Mati Bautista en la casa de Castilla la Mancha, en cuanto me vieron me hicieron el encargo de presentar este libro colectivo de poemas. Le dije que sí y aquí estamos, cómo me iba a negar ante una petición personal.
En el libro Abriendo puertas… por amor al arte, fueron 17 los participantes, y usé el sistema de una aproximación unipersonal de cada uno de los poetas. En esta libro “Voces en Azul” he contado a 34 poetas (hombres y mujeres), por lo tanto no puedo emplear el mismo sistema de análisis unipersonal. Porque nos llevaría toda la tarde. Y si nombro a uno y silencio a otros, no me parecerá justo. Supongo que Julio y Annabel lo harán. Es difícil hablar de poemas sin nombrar a autores pero las circunstancias obligan.
Os puedo decir, que me he leído las 144 páginas del libro, todos los poemas, algunos me han sorprendido y otros me ha apabullado, y alguno menos porqué no, son los que yo llamo de transición, para cubrir el expediente y las exigencias de una edición.
El libro lo han cargado de poesía y pólvora dos grupos: el primero que forman el mayor bloque “Verso en Azul” con 21, son españoles, uruguayos y cubano; el segundo grupo son 13 “Versos en la Red” poetas de otros países hispanoamericanos. De aquí se desprende la vocación internacional del Liceo Poético de Benidorm. Ya en el libro se manifiesta la elección del color Azul como emblema del libro y de la colección. Dicen: “Han elegido porque es un color que congrega más características comunes a los poetas que le integran”. Es un color fresco, tranquilizante, y se le asocia a la parte más intelectual de la mente, representa la noche un momento mágico para al creación poética. Son muchos los símbolos que se adjudican al azul: el cielo, al mar, a la verdad, a la pureza, a los espiritual y de lo mundano.
Además es un color luz que más vemos en la naturaleza, en nuestra Tierra, planeta al que conocemos también como el Planeta AZUL. En cambio conseguir el color azul pigmento para la pintura medieval era trabajoso, pues se traía en caravanas desde unas minas de lapislázuli en Afganistán. Son gemas que los aprendices moler en morteros hasta extraer el color. Imaginaros lo que suponía de coste pulverizar piedras semipreciosas. Normalmente los colores más caros se utilizaban para mantos de Virgen o de Jesús, como en El Descendimiento, de Van der Weyden o en la Inmaculada de Murillo, los he visto en la Capilla Sixtina en mi reciente viaje a Italia. Un color que había que negociar previamente con el cliente.
Como pintor me vais a permitir una breve introducción: Marco Polo descubrió para occidental la belleza del color lapislázuli en el siglo XIII. Pero la gema ya se había empleado mucho antes en Mesopotamia y en el antiguo Egipto. Los ojos y las cejas de la máscara funeraria de oro del faraón Tutankamón están hechos de lapislázuli. Los antiguos egipcios también molían esta piedra y la utilizaban como pigmento en sus pinturas y para hacer sombra de ojos. En China se empleaba para hacer sellos reales y muchos tipos diferentes de esculturas. Hoy en día se han encontrado minas de lapislázuli en Chile, por lo tanto el precio ha bajado.
No veo voy a extender en la descripción del libro porque ya lo han hecho perfectamente Julio, Anna y Carmen Marimón, prologuistas del mismo, solamente hay que comprarlo y ahí esta todo. Son lo suficientemente expositiva y explicativa como para no tener mucho más que decir. Sin embargo, aprovecho la ganga que me dejan para aportar mi opinión.
Entiendo, que la poesía es el arte de la palabra, por ello no debemos conformarnos con los primeros broten que nos salen, sino que hay que pulirlas hasta encontrar metáforas nuevas, originales, que provoquen una emoción en el lector, como si viera un cuadro, una fotografía u oyera música. En cuanto una poesía se publica caso de este libro, ya exportamos nuestra obra, ha dejado de pertenecernos, ha pasado la idea de poesía íntima y privada, a ser poesía pública para ser leída por otros. Porque os puedo decir que mucha poesía se escribe para uno mismo y no la entiende nuestro interlocutor, pues no puede percibir todo el contenido de conceptos e ideas.
El tiempo abrevia, por ello no puedo detenerme en la descripción de cada poema y en su autor, por ello lo voy a hacer en general como si fuera un libro de un solo autor, es harto comprometido, pero con la confianza que se me da me todo la libertad de hacerlo. Como a la poesía se le considera el arte del lenguaje que explota las virtudes de representación del mundo de los sentimientos, de las emociones, a través de una compleja red de mecanismos: conceptos, asociaciones, abstracción, música, ritmos y evocaciones en la mente del lector, estos ejercicios siempre son recomendables para quienes empiezan a escribir, ha sido siempre anteriores a una obra narrativa. Por ello el ejercicio de la poesía es imprescindible para empezar a escribir con cierto estilo personal. La poesía no es de quien la escribe sino de quien la necesita. La poesía es para escribir a lápiz como Miguel Hernández. Tachar, borrar, pasarla a limpio y luego al procesador de textos. Porque la creación poética es un proceso artesanal. Y hay que trabajarla, por ejemplo: si queremos decir el sol de la tarde, evitaremos crepúsculo, ocaso, menguante, podemos decir: melancólico, triste, apenado, nostálgico. De este modo le aportamos al astro connotaciones humanos, con lo que le aportará riquezas semánticas.
El poeta tiene la sensación de que se esta repitiendo, tendría que innovar, se dice. Pero tampoco se puede forzar uno en innovar y convertirse en un arlequín de feria, lo que uno tiene que decir tiene que primero sentirlo o sufrirlo. Siempre ha que tantear en nuevas posibilidades como en narrativa, el relato, otros géneros, porque prosa también nos permite seguir en la pasión la literatura, que es definitiva lo que buscar el artista-poeta. Por eso hay que rebuscar la metáforas nuevas, retorcer los hipérbaton, buscas nuevas formas de expresión y emoción, porque poesía no es solo narrar, contar, para eso están los relatos cortos, sino que la poesía más que literatura es arte, el arte de la emoción y emocionar.
Antes de terminar voy a leeros algunos versos seleccionado que me han llamado la atención os contaré algo que me sucedió el 9 de junio en un recital en Alicante, de cuyo nombre no quiero acordarme. Estando yo en el atril a punto de recitar un grupo de personas empezaron a levantarse y otros hablar como si aquello fuera una cafetería. Yo me mantuve unos segundo en silencio a la espera de que el público se callara. Empecé a leer y cuando llevaba una estrofa leída, cogí el poema me lo metí en el bolsillo, les dije que lo dejaba para otra ocasión y me marché. ¿Qué fue lo que yo reivindicaba?, simplemente respeto hacia el poeta que está recitando porque necesita silencio para concentrarse y recitar. Porque ha de quedar que los poetas nos somos humoristas, ni bufones, ni titiriteros para entretener en fiestas, sino POETAS con mayúsculas y con “y” griega, con respeto a los poetas latinos, a los trovadores medievales. Porque somos descendientes de una tradición lírica gloriosa.
Pero como las circunstancias me obligan, añadiré que leído todo el libro verso a verso, gota a gota, surco a surco, he encontrado algunos hallazgos dignos de ser resaltados, no quiere decir que no haya más aciertos. No voy a dar nombres de autores por la premura del tiempo del que dispongo sino que voy a leeros un abanico versos dignos de ser recolectados. Así si el lector tiene interés que compre el libro que no se arrepentirá.
RECOPILACION:
-algas turbias, y fuerte/oleajes de imponente aguas cíclica. (p.31)
-arando algunos versos. (p.31)
-concha verde varada en la arena. (p. 35)
-Y late el tiempo sin piedad. (p.36)
-Sentado a la orilla de mí mismo. (38)
-no se puede correr sin esqueleto. (40)
-Persianas como guillotinas cortaron/los luminosos rayos de luz. (p.44)
-y hogueras que no sienten arder sus leños (p.48)
-yo siempre soñé mis versos (p-54)
-y es el timón que alumbra cuanto anhelo (p. 60)
-blanca como tu parte amarga (p.68)
-de los gritos de su cuerpo (p.79)
-la afonía de la noche donde el fuego (p.82)
-Extraigo del yacimiento/de la garganta oscura de la noche (p.94)
-un gran espejo austral habitado de éxtasis (p.97)
-el sol ya no me recibe con asombro (p. 105)
-las desabrigadas tardes/de nieve en la montaña (p.112)
-retozando en mi boca que te sueña (p.124)
-Ha sacrificado tus palabras dulces (p.132)
-Ahora tengo que escalar los Andes para llegare a tu lado de la cama(p.142)
Por lo general el poeta es egocéntrico y se deleita mirándose el ombligo de sus propios poemas, y no leer ni escucha los poemas de los demás, de los otros. Pero la única forma que hay de progresar e innovar en leyendo a los demás y a los clásicos: Eurípides, Virgilio, Jorge Manrique, Bécquer, Rubén Darío, Miguel Hernández, García Lorca, Antonio Machado, Mario Benedetti... son de lectura obligada.
Gracias por vuestro tiempo y por nuestra atención y respeto. Y a disfrutar del libro
Ramón Fernández Palmera
26 de junio 2012
Sede de la Universidad de Alicante