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domingo, 25 de diciembre de 2011

Segunda oportunidad


Cruel distancia a la que nos somete la vida,
Cruel destino el que la vida nos marca
Cruel sufrir el amor no correspondido
Cruel pasión desear y no verme cumplido.

Así es el amor que siento por ti
un dardo que viene hacia mí envenenado
imparables, sediento de sangre
hacia el centro de mi corazón
que inocente late de alegría.

Eres ingrata como una flor que no se deja libar,
que no se deja querer, que no se deja amar,
por los labios rojos de un beso enloquecido.

La distancia sólo se acorta con un sonrisa
con un “que tu me quieras” solo un poco,
no pido una estrella sino una mirada tuya
con un mensaje inocente, y una risa amable.

Sabes que te quiero aunque es difícil la empresa
de que estemos otra vez unidos como aquel
verano en Alicante junto al mar lleno de besos.

Mucho es lo que he perdido
infinito dolor el que estoy sufriendo
por la culpa de no haberte comprendido.


Por Ramón Palmeral, diciembre 2012