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“Lo más difícil en los casos de plagio es probar el dolo”, dice el coordinador de la Unidad Nacional de Propiedad Intelectual de la Fiscalía, Rubiel Nivia. La mayoría de los casos tienen que ver con piratería. En Bogotá hacen un promedio de dos operativos diarios de decomiso de textos ilegales. La última reforma al Código Penal, del año 2006, incrementó las penas y las multas por estos delitos a entre 4 y 8 años de cárcel y entre 26 y mil salarios mínimos legales vigentes. Fabio Humar, fiscal de la unidad, destaca que aparte de lo represivo se trabaja en campañas para “generar una cultura de respeto al conocimiento y a la invención humana”.
En los últimos diez años el registro de obras literarias inéditas se triplicó, pasando de 3.284 en 1997 a 9.947 en 2007. En cuanto a obras editadas, aumentó de 843 a 1.273.
El escritor antioqueño Manuel Mejía Vallejo fue uno de los pioneros a la hora de registrar libros como El día señalado y La casa de las dos palmas. Lo siguió Pedro Gómez Valderrama con La otra raya del tigre. Desde los años 80 son las editoriales las que se ocupan del registro. Aún así, hay autores que van personalmente a la oficina nacional de Derechos de Autor, en el Centro Internacional de Bogotá. Los últimos en hacerlo fueron el asesor presidencial José Obdulio Gaviria y el subintendente de la Policía John Frank Pinchao.
En la era del copyright y del copiar y pegar de Internet, autores y autoridades están más prevenidos que nunca y a pesar de eso hay provocadores, como la española Escuela de Escritores, que ha convocado concursos internacionales de plagio creativo de Don Quijote y de Cien años de soledad, bajo la premisa de que para establecer quién copió a quién habría que revisar desde el Poema de Gilgamesh, del año 2000 antes de Cristo, y probablemente todos terminarían en el paredón porque ninguno tuvo una idea ciento por ciento original. El tema queda en manos de Clío, la musa de la historia.
Alfredo Bryce Echenique es el escritor más acusado: 27 casos.
Recomendamos a los autores que registren su trabajos en las oficias de la Propiedad industrial e intelectual. Por si se ven obligados a interponer una demanda por plagio, de esta forma se demostrará documentalmente la autoría.
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