Por Ramón Palmeral
La vid en el calendario me avisa
de su triunfo de oro, es época de vendimia,
es tiempo en que los pámpanos una vez más
de zarzas secas se conviertan en risa.
Ya lo escribieron los romanos de este lagar:
“Nada inteligente se puede escribir
sin un vaso de vino en compañía”.
No hay vino más dulce que el bebido sin pagar.
La Romana se sienta sobre una mina de mostos
sólo le falta hablar y cantar la alegría
me voy a emborrachar, cierra la puerta María.
Este caldo me ayuda a olvidar las miserias
de esta vida que en copa de madera se sirve
que es mi sangre la que bebo todos los días.
(Composión: Pseudosoneto o soneto borracho)