Noticia DEL 8 DE JUNIO DE 2010.
El poeta José Albi (Valencia, 1922) ha fallecido a los 88 años, según informó hoy la Asociación Valenciana de Escritores y Críticos Literarios (CLAVE), de la que el autor era presidente de honor. El entierro del escritor se llevará a cabo a las 12.00 horas de mañana en la localidad alicantina de Dénia.
El colectivo de escritores valencianos expresó, a través de un comunicado, su "dolor" por el fallecimiento de Albi, y le definió como "un referente fundamental de la poesía valenciana y una gran persona, gran poeta y gran impulsor de la cultura y actividades literarias". Residió en Alicante fundador de la revista "Verbo".
CLAVE, que adelantó que próximamente se celebrará un acto poético en su memoria, manifestó a los familiares y seres queridos del autor su más sentido pésame, así como su deseo de que los sesenta años de trabajo lírico de Albi "sean recordados por la sociedad".
Ante sus versos 'cualquier despedida es un trozo de mar que el tiempo arrastra por las remotas islas del olvido', la asociación garantizó que velará por la pervivencia de la obra del poeta.
José Albi Fita nació en la ciudad de Valencia en 1922 e inició sus estudios en la población de Sueca, donde conoció al escritor Joan Fuster.
La lectura de 'Marinero en tierra' de Rafael Alberti despertó en él la poesía, aunque también estudió derecho en Valencia y Deusto. En Italia amplió estudios de arte con los profesores Federigo Zeri y el marqués de Lozoya.
En 1949 creó el "Introvertismo", movimiento poético de raíces surrealistas y publicó, bajo pseudónimo, sus 'Diez claves introvertistas'. De su producción poética destacan 'Vida de un hombre', 'Odisea' y 'Elegía atlántica', entre otros títulos.
Además realizó en colaboración con Fuster la recopilación y edición de una 'Antología del Surrealismo español' y otra de la poesía de Ángel Crespo. Su novela 'El silencio de Dios' obtuvo el premio Gabriel Miró en 1958, según figura en el artículo que le dedica la 'Gran enciclopedia de la Comunidad Valenciana'.
A BRAZO PARTIDO
Llevo en los huesos tanto amor metido
que sólo en carne viva y a bandazos,
voy capeando el mar de estos dos brazos
entre los que me encuentro sometido.
No, no basta gritar, tomar partido,
morir hasta caerse uno a pedazos;
hay que hundir a caricias y a zarpazos
tu corazón, tu corazón vencido.
Quiero daros la vida que me sobra,
y este amor que me arranca de los huesos.
Vuestro mi corazón, vuestra mi obra
de compartir lo vuestro y nuestro y mío,
consumidos en cólera y en besos.
Sólo a mi amor vuestro dolor confío.