Alicante es una ciudad de bolsillo, junto a la luz levantina, tranquila, apaciguada, donde en el kiosko de la plaza de Calvo Sotelo, en medio de la ciudad comercial, te puedes sentar y tomar un café o un refresco mientras la palomas pasan como si nada. Esto es poesía.
Adoración del sol en tierra afortunada cual caricia de lo humano con palomas la mañana se nos acerca traquila con un ramo de luz y voz de fuentes.