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domingo, 22 de mayo de 2011
Blas de Otero estuvo en Alicante
(Blas de Otero, con gafas de sol, junto a su amigo el escritor y pintor callosino Vicente Bautista Belda en la playa del Postiguet (Alicante sobre los años 50)
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En el principio. Blas de Otero
Si he perdido, la voz, el tiempo,
todo lo que tiré como un anillo al agua.
Si perdido la voz en la maleza,
me queda la palabra.
Si he sufrido el hambre, la sed,
todo lo que era mío y resultó ser nada.
Si he segado las sombras en silencio,
me queda la palabra.
Si abrí los labios para ver el dolor
puro y terrible de mi patria.
Si abrí los labios hasta desgarrármelos,
me queda la palabra.
Nosotros añadimos:
nos queda la palabra .... vinculada.
BREVE TRAZO DE SU BIOGRAFÍA:
Blas de Otero nació el 15 de marzo de 1916 en Bilbao. A los 7 años entró en el colegio de Juana Whitney, madre de María de Maeztu; el preparatorio e ingreso de Bachillerato lo estudiaría en un colegio de jesuitas. Su casa era para él refugio y remanso de paz, un microuniverso mitificado de tranquilidad y juegos, habitado por él mismo, sus padres, su hermano y su institutriz, mademoiselle Isabel.2 Por el contrario, el colegio representaba una suerte de infierno represor para el niño.
Tres años después, la familia quedó en la ruina y decidieron mudarse a Madrid para tratar de remediar la situación y allí descubrió su propia identidad. En este ambiente empezó a escribir.
Cuando tenía 13 años murió su hermano, tres años mayor que él, Tres años después falleció su padre. El carácter alegre por naturaleza de Blas de Otero se agrió; se volvió introvertido y pesimista. A esta edad empezó su obsesión por la muerte. En 1931 comenzó la licenciatura de Derecho; poco después tuvo que abandonarla para volver a Bilbao con su familia. La situación de ruina se había agravado tras la desaparición del padre, lo que impuso el regreso a la ciudad natal.
[editar] Juventud, de "Alea" a "Nuestralia": 1933 – 1944
Ya de vuelta en Bilbao, Blas de Otero Muñoz se encontró con que debía llevar adelante a la familia, a la vez que cursaba por libre sus estudios de Derecho. La situación supuso demasiado peso para su frágil estabilidad emocional, que se quebró. El joven Otero empezó a padecer serias crisis nerviosas. Encontró tres apoyos para mantenerse cuerdo: la religión, la amistad y el arte.
OTRAS OBRAS: