La codicia y las ansias de poder son características humanas.
No todas las personas las tienen en el mismo grado, por supuesto. Hay personas poco o nada codiciosas y/o que tambien tienen unas ansias de poder muy pequeñas o nulas.
Pero tambien hay personas que tienen una codicia y unas ansias de poder absolutamente desmedidas.
Como grupo las personas más codiciosas y con más ansias de poder son los políticos, muy por encima de cualquier otro grupo de personas. Habrá excepciones, lógicamente, pero el político medio es una persona extremadamente codiciosa que además quiere controlar la vida del resto de ciudadanos y moldearla a su gusto personal y forma de ver la vida, despreciando la opinión y la libertad de esos ciudadanos a los que quiere controlar.
Una de las mejores formas de poder controlar y manipular el voto de los ciudadanos es condenarles a una vejez de miseria en la que sus pocos ingresos dependan únicamente de la voluntad del político de turno, que es quien decide cuánto suben o bajan sus ingresos cada año.