YO ME QUIERO *
Me hundo en lagos calientes de mercurio, y
en la herida abierta me “masquiero”
porque me amo, yo me amo en
en mi propia saliva licuante elemento
ofrecida en el placer del conocimiento,
en el placer de la carne desollada
mientras espero el galope final
de palomas desplumadas.
Yo me fundo en mercurio caliente
y al salir de nuevo me repongo
con esferas viejas de relojes nuevos
excremento de horas
evaporaciones de arsénico
horas vedadas
horas incubadas en minutos
horas encarceladas y... horas incurables.
Luego reservo el mercurio de mis eyaculaciones
para engendrar frágiles vanidades
o árboles que otean montes mordidos
(apóstol de la plaza verde)
( santas en almíbar...)
de privilegiadas escopetas, disparos íntimos.
Somos menos que palabras, escombros de
oraciones, esperma accidental,
cada universo inventa una nueva realidad
la osadía de tu enferma imaginación.
Masturbación o un triunfo solitario
mezquino placer, egoísta, sin compartir amor.
A lo mejor, ya, no me saco más sangre
el alba está podrida, o, acaso,
todo, son imaginaciones mías.
Ramón Palmeral