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domingo, 13 de junio de 2010

Poco a poco..., sangré por los desiertos,


Se tornan mis ventanas
hacia su interior
bajando las persianas.
Recapacito: en la vida
no me ha ido mal,
ha sido suficiente mi corto equipaje
para poderla remendar.



Poco a poco..., sangré por los desiertos,
del dolor cardíaco y de cabeza, juntos,
cuatro veces hablé con los difuntos,
al filo estuve de amigarme con los muertos.


Aunque mis ojos no estuvieron siempre abiertos,
mi cerebro jamás hizo dejadez de sus asuntos,
mi corazón y él, compartieron trabas y sus conjuntos
que les obligaron a permanecer despiertos.

La Providencia me ha favorecido
pues alejó de mí, con cirugía, la muerte,
merced a la concatenación con creces,

y medicación, - vivió conmigo la buena suerte -,
que observé con toda exactitud miles de veces.
¡Todo ello, hasta hoy, que muriese ha impedido!.


Manuel-Roberto Leonís. Orihuela, mayo 2010.